SIDESTORIES

PARTE (1)

INDICE CRONOLOGIA
PÁGINAS [ 1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 ]

(MITOLOGÍA GRIEGA CLÁSICA)
(MATERIAL DE SAINT SEIYA)
(MISTERIOS SIN DESVELAR)
(EXPLICACIÓN PROPUESTA POR FANS) "FANFIC"

Fanart de Iro Sakamihara (Japón)

INTRODUCCIÓN

La Mitología Griega es el conjunto de mitos y leyendas pertenecientes a los antiguos griegos que tratan de sus dioses y héroes, la naturaleza del mundo, los orígenes y el significado de sus propios cultos y prácticas rituales. Formaban parte de la religión de la Antigua Grecia.

Los mitos griegos intentan explicar los orígenes del mundo y detallan las vidas y aventuras de una amplia variedad de dioses, héroes y otras criaturas mitológicas. Estos relatos fueron originalmente difundidos en una tradición poética oral, si bien actualmente se conocen principalmente gracias a la literatura griega.

Uno de los temas que han inquietado el interés de los hombres a lo largo de toda su historia es el misterio de la creación del mundo, plasmándolo en una gran variedad de mitos. Los antiguos griegos tenían su propia forma de contar la historia. Su legado mitológico ha ejercido una poderosísima influencia en la cultura occidental, de hecho se le llama "Teogonía y las 3 generaciones de Dioses", y hay muchas versiones de esta, la teogonía más aceptada es la de Homero, y es las más explicativa y menos confusa, la historia que imaginaron los clásicos del origen del cosmos y el linaje de los dioses de la mitología griega era como sigue:

EL BIG BANG. LA ERA DE LA CREACIÓN DEL UNIVERSO

Al principio de los tiempos, cuando las nociones de tiempo y espacio no tenían aun sentido, antes que fueran creados la tierra, el mar y los cielos; todas las cosas tenían el mismo aspecto, al que llamaban Caos, el espacio, nada orgánico, nada que pueda ser descrito, una vorágine tenebrosa sin formas y una espesa oscuridad que llegaba al infinito ... una masa confusa y sin forma, etérea, en la que el todo y la nada se entremezclaban como la suciedad en el agua, una espesa niebla que jamás logró ver ojo humano en la cual, sin embargo, estaban las semillas de las cosas. La Tierra, el Aire, el Fuego y el Agua estaban mezclados, la tierra no era sólida, el mar no era fluido ni el aire transparente.

Caos era una deidad oscura, capaz de reproducirse, que engendró a Gea, la Tierra; Erebo, las tinieblas infernales y Nyx, la oscura diosa de la noche.

El Inicio del Todo. Era ignorada, aprox. 20.000.000.000 de años atrás : Pasaron incontables siglos hasta que, misteriosamente, desafiando toda lógica, se produjo “La Gran Explosión”, el llamado Big Bang, que supuso el nacimiento de un Universo en constante expansión. Cronos (personificación del tiempo) fue el detonante de dicha explosión. Así es, Cronos es la divinidad del origen, además es el padre del Todopoderoso, Zeus. Ese estallido gigantesco proyectó una fuerza espiritual muy potente que se propagó por todas partes en forma de flechas de luz, rayos luminosos y millones de relámpagos de luz, una nueva fuerza se extendió hasta el infinito por el cosmos, fue algo que se llamó la Gran Voluntad o Voluntad divina (Big Will o la gran voluntad de los dioses). La Voluntad Divina se desarrolló en el vacío del espacio expandiéndose como Cosmos. Esa Gran Voluntad (Big Will), fue desencadenada por La Gran Explosión y dio origen a todas las estrellas. (Hipermito)

Era ignorada, aprox. 3.900.000.000 de años atrás: La luz de esos rayos comenzó a construir el Universo, los haces luminosos engendraron la materia. Lentamente, se forman las galaxias y los soles, las estrellas y los planetas aparecieron, animando y dándole un alma a todo lo que tocaron, todas las cosas inertes alcanzadas por ese halo cogieron repentinamente vida, las formas más primarias de toda la existencia de los seres vivos. (Hipermito)

EL NACIMIENTO DEL MUNDO
Alrededor de 5000 A.C. : Era de los mitos en Grecia:

La historia de Grecia esta tan confundida entre el mito y lo real que la fecha en que se considera que los registros son fidedignos y no leyendas es alrededor de 2000 A. C.

La Gran Voluntad da origen a cierto planeta, la primera divinidad espiritual: Gea, Gaia (Gaea o Tierra) una flecha de Luz del Big Will se convirtió en el planeta Tierra, que a su vez genera a Urano (el Cielo) y Pontos (el Océano). Ellos forjaran la tierra dando origen a la vida. Entonces empezaron a surgir las primeras divinidades en dicho mundo, posteriormente la humanidad aparecería. En el espacio lentamente la Divina Voluntad se atenua, hasta que se deshace en polvo de estrellas. (Hipermito; Episode G volumen núm. 2, capítulo 1)

Nota: El origen del mundo y el nacimiento de Gea y Urano son narrados en el Hipermito, según el cual Zeus, Poseidón y Hades eran seres humanos que ascendieron al nivel de los dioses. El Episode G contradice esa afirmación, dando una versión más simple de la mitología clásica, más sensata históricamente, porque en la época de los primeros dioses, los seres humanos no deberían haber aparecido aun sobre la Tierra. De cualquier modo, para juntar las dos fuentes es necesario suponer que Zeus y sus dos hermanos sean hijos putativos de Cronos.

En la Tierra se hicieron presentes diferentes formas de vida, nace la humanidad primigenia, seres que alcanzan distintos grados de consciencia... las dos entidades contrarias engendradas por Caos, Erebo y Nicte (Nix), a su vez engendraron sus opuestos y complementarios, Eter (el día) y Hemera (la luz del dia), quienes a su vez, unieron sus fuerzas y destronaron a sus padres. El dia y la noche se unieron para formar el Tiempo e infantaron juntos a Thalassa (el Mar).

Gea (el suelo), la tierra y la madre universal, nació hermosa, llena de fuerza, engendró progenie de sí misma, sin intervención de un principio masculino, lo que todavía faltaba en el Universo, ayudó a concebir el mundo, lo adornó y embelleció, regocijándose en su creación. Antes de que apareciera la Vida, Gea concibió varios de los dioses primordiales: el poderoso Urano (el cielo estrellado) para que la cubriese a ella y fuese un hogar para los dioses que habrían de venir después, Pontos (los océanos), las Montañas (entidades vivientes), el Tártaro (el mundo subterráneo) y Eros (la fuerza y el símbolo del amor y de la vida) ... con ellos dió forma a la estructura básica del mundo físico.

Nota: Esta es sólo una versión de las muchas existentes acerca de la creación del mundo, y es popularmente la más aceptada.

Al comienzo de los tiempos solamente existía Gea, la madre de la tierra, luego ella creó quien más tarde se convertiría en su esposo, Gea trajo al mundo primero a Urano (el cielo), para que la cubriera y fecundase envolviéndola por entero, de la misma manera Urano creó las montañas, las nubes y la esencia de los seres vivos, luego Gea y Urano crearon el resto de dioses. La pareja Cielo y Tierra ya constituida, organizó el mundo en un Cosmos simétrico y equilibrado. Luego Gea engendra de sí misma las Montañas y al mar o Ponto, el elemento liquido.

En la mitología griega, desde siempre, el cielo y la tierra estaban unidos. El falo del cielo estaba metido en la tierra siempre y no permitía que nada saliera del vientre de ella. A partir de ahí, la superficie de la Tierra empezó a ser moldeada, surgieron los mundos y sus respectivas subdivisiones, y la vida floreció, la Naturaleza distribuyó en la Tierra los ríos, las montañas y las bahías, dibujó los valles, los bosques y las planicies. El aire se esclareció y las estrellas fueron apareciendo. Los peces tomaron posesión del mar, los pájaros del aire y las bestias de cuatro patas se apropiaron de la tierra.

Urano, hijo de Gea, era la divinidad primigénita, personificadora del cielo y fecundador de la tierra a través de la lluvia, envolvió a la tierra en su manto azul y la cubrió de un extremo a otro, él creo las montañas, las nubes, hasta las bases de todos los seres vivientes, se hacía llamar el dios del cielo y el viento, el más poderoso, siendo considerado el primer soberano del Universo, el Todo Poderoso.

La Tierra así creada, era una especie de disco y el Olimpo, su mítico reino, estaba situado justamente en el centro. Ponto dividía a la Tierra en dos partes iguales. Eter y Hemera no gozaron por mucho tiempo su reinado, ya que Gea y Urano se unieron y al superar su poder al de sus padres, los venció Urano y quedó como el gobernante de todo ese mundo.

Aquí termina la primera parte de la cosmogónia, en la que han aparecido los elementos primordiales del Cosmos: la Tierra, el Cielo y el Mar.

Fanart de Carlos Alberto Lam Reyes (Perú)

LA PRIMERA GENERACIÓN DE DIOSES. LOS TITANES

Era ignorada, aprox. 3.000.000.000 de años atrás: En el origen del mundo, sólo existia la Tierra madre, Gaia. Ella concebió a su esposo, el cielo Urano. De la unión de Gea y Urano nacen los 12 Titanes, la considerada primera estirpe divina, los primeros Dioses, capaces de reinar sobre los seres vivos creados por Urano, y los 3 Cíclopes, Bronte, Sterope y Arge, y 3 Centimanos, Cotto, Gia y Briareo. Urano se convierte en rey del mundo y de todas las criaturas divinas nacidas de su unión con Gea. (Episode G volumen núm. 2, capítulo 1)

Según la leyenda, Gaia tuvo varios hijos con Pontos, monstruos mitológicos como Cerbero. Asimismo, Urano tuvo numerosa descendencia con la diosa de la Tierra Gea.

Gea y Urano engendraron una extensa descendencia: Un día que el dios del Cielo contemplaba a su madre desde lo alto, hizo caer sobre ella una lluvia fina que la fecundó y la hizo alumbrar todas las plantas, animales y pájaros, todos los mares, ríos y montañas.

Urano se unió a Gea para engendrar a los Cíclopes, seres fabulosos, brutales gigantes provistos de un único ojo en el centro de la frente y un temperamento horrible, conocidos como artesanos y constructores. Eran fuertes, testarudos y de bruscas emociones. Conocidos como genios de la tempestad, tenían el dominio sobre el fuego e imperio sobre los truenos y los relámpagos, de espíritu soberbio y cruel, según algunos; pero hábiles artesanos, según otros, constructores de murallas gigantescas y maestros herreros, ellos fueron tres: Argés el fulgor del relámpago, Brontés el estruendo del trueno y Steropes las nubes de la tempestad el rayo. Eventualmente sus nombres llegaron a ser sinónimo de fuerza y poder, y se usaban para referirse a armas especialmente manufacturades. Había también otros cuatro llamados Eurialo, Elatreo, Traquio y Halimedes, que presumiblemente eran hijos de los 3 primeros. Vivían en las altas montañas y en la cima de una de ellas tenían un fuego siempre encendido, un gran volcán que usaban para forjar sus armas y armaduras.

Gea y Urano concibieron igualmente a los Hecatónquiros (Centimanos, Hecaton=Cien, Quiros=Manos del griego), enormes monstruos dotados de 100 brazos y 50 cabezas, Coto, Briareo y Giges, otros seres fantásticos y terribles de gran estatura, tenían una fuerza tan descomunal que eran capaces de arrojar rocas grandes como montañas y estremecer el planeta.

Luego tuvieron a los legendarios doce Titanes, los primeros dioses con forma humana, no meras personificaciones de los elementos, vástagos compuestos por seis hijos llamados Titanes y seis hijas a las que se llamó Titánides. El tamaño de los Titanes era gigantesco y gozaban de un increíble poder. Los 6 Titanes fueron llamados Océano (el primogénito), Ceo, Crío, Hyperión, Japeto y Cronos, el más joven y astuto. Y las 6 Titánides Febe -la brillante-, Mnemósine -la memoria-, Rea, Temis -la ley eterna-, Tetis -la fecundidad marina- y Thea. Estos 12 seres representaron a las fuerzas elementales de la naturaleza. Finalmente nacieron de Urano y Gea las ninfas melias, las hadas más antiguas.

Sin embargo, Urano se convirtió en un tirano, odiaba tanto a los Hecantoquiros como a sus propios hijos los Cíclopes, avergonzado de los terribles monstruos que había creado, según unas versiones, o temeroso de que le arrebataran el poder, porque eran seres gigantescos y tan poderosos como él, según otras, encerró a sus hijos en el Tártaro, región tenebrosa en lo más profundo de la propia Tierra, Urano no reconocía a otro dios que no fuera él mismo. Sin embargo Gea era una buena madre y amaba a sus hijos.

Era ignorada, aprox. 1000.000.000 de años atrás: Temeroso de perder su poder, Urano exhilia a los Cíclopes y los Centimanos en el Tártaro. Gea, no pudiendo soportar tal destino para sus propios hijos, instiga a los Titanes contra el padre y da a cada uno un arma, llamada Soma, capaz incluso de convertirse en armadura. Cronos, el más joven de los Titanes, recibe de su madre la hoz llamada Megas Drepanon, y con ella mata a Urano. De la sangre del Dios caído nacen los Gigantes, las Erinias y otras criaturas. Cronos libera a los Cíclopes y los Centimanos del Tartaro. (Episode G volumen núm. 2, capítulos 1 y 3)

A pesar de todo, Urano era un tirano, no podía soportar la idea que existieran otros dioses además de él, detestaba haber sido un padre tan prolífico y sentía desprecio por sus propios hijos, los cíclopes, los hecatónquiros y los titanes, que fueron creciendo. Llegó un momento en que temió que sus descendientes tuvieran mayor poder que el suyo y fuera derrocado, por lo que abrió la tierra y los expulsó, encerrándolos y condenándolos a vivir sellados en el oscuro Tártaro; prohibiéndoles ver la luz y obligándolos a permanecer encerrados en las profundidades de la Tierra, en previsión que un día pudieran vencerlo y le privasen del dominio del Universo, así su codicia fue creciendo sin detenerse. Ello no fue del gusto de Gea, que fomentó su venganza.

LA REBELIÓN DE CRONOS

Urano era egocéntrico y tirano, un dios que no aprobaba a otro más que a si mismo, sin embargo Gea, siendo madre de toda esa generación de dioses naturalmente se sintió ultrajada por el trato dispensado a sus hijos, no podía negar su corazón, el cual amaba a sus hijos y no se resignaba a perderlos, la actitud de Urano, convertido ahora en regidor del universo, suscitó su ira, por lo que esta urdió su venganza junto con ellos, liberó a los Titanes, los más inteligentes de sus hijos, y les urgió a rebelarse contra su padre y destronarlo

El pináculo de la venganza caería sobre el descendiente más joven. Ninguno de sus hijos aceptó las ideas y planes de Gea, excepto el más joven de ellos, el ambicioso Cronos, «de mente retorcida, el más terrible de los hijos», quien odiaba a su padre y se ofreció para atacarlo, así quien debería llevar a cabo dicho plan seria el más joven Titán de los hermanos varones...

La Tierra produjo el hierro y Gea forjó las primeras armas creadas con el fin de dar muerte a Urano. Ella creó las 12 Soumas, armaduras oscuras para sus 12 hijos que tenían la habilidad de transformarse en 12 armas fabulosas para el combate.... y la más poderosa fue para Cronos, una Souma que se convertía en una hoz o guadaña dorada gigantesca, el llamado "Megas Depranon". Gea convenció a Cronos, el pequeño de los Titanes, para que se levantara contra su padre, y para ello lo liberó del Tártaro y le entregó la fabulosa arma. (Episodio G)

El dictador Urano imponía una continua fecundidad a su compañera Gea, llegó trayendo con él la noche, se extendió en torno a la tierra, se acercó a ella deseoso de amor para fecundarla una vez más, y la cubrió por completo. Bajo las indicaciones de su madre, su hijo Cronos, que se encontraba expectante desde un escondite, le alcanzó con la mano izquierda, con la mano derecha irguió el arma divina que le ofreció su madre, el Megas depranon (Episodio G), una enorme hoz con agudos dientes de pedernal, y en un instante cortó los genitales de su padre con la enorme y larga hoz de afilados dientes, arma sagrada que Gea, su madre había creado, castró a Urano y de este modo lo derrotó y tomó su vida, luego los arrojó tras de sí para que se dispersaran,

Efectivamente Cronos no pudo evitar que varias gotas de sangre cayeran sobre la Madre Tierra y la fecundaran, de cuyo embarazo nacieron las tres Erinias o Furias, mujeres repugnantes, Alecto, Tisífone y Megara, que vengan los crímenes de parricidio o perjurio; los Gigantes, temibles guerreros «de resplandecientes armas, que sostienen en la mano largas lanzas», veinticuatro criaturas enormes de aspecto terrorífico y fuerza invencible, dotados de hirsuta cabellera y piernas en forma de serpiente, y las Ninfas del fresno, las Melias. «Los genitales, sin embargo, fueron luego arrastrados por el piélago durante mucho tiempo. A su alrededor surgía del miembro inmortal una blanca espuma y en medio de ella nació, sobre el mar fecundado, una joven, Afrodita, la augusta y bella diosa». Enfurecido Urano por semejante ultraje, maldijo a Cronos profetizando que a él también le llegaría el día en que un hijo suyo lo destronase.

Gea, esta vez unida con el Ponto, trae al mundo a Nereo, padre de las nereidas y a varios monstruos marinos. La castración de Urano simboliza el principio de la segunda generación de dioses, en la que, los Titanes con Crono como cabeza suprema serán dueños del mundo.

EL GRAN DIOS DEL TIEMPO: CRONOS

Tras la victoria, Cronos condenó a su padre Urano al Tártaro. Antes de su encierro, Urano le confió la predicción de un oráculo a Cronos: "un día tu también serás derrotado así por tu propio hijo", profetizó, Cronos ignoró sus palabras". Tras la muerte de su padre Urano, Cronos tomó su corona, su nombre se asoció al Tiempo: Cronos el Rey de los Titanes. (Episodio G)

De esta manera Cronos se hizo con el poder, pasó a ser el supremo gobernante de todo y dio inicio a la historia de los dioses mitológicos, pudo liberar a la horda de dioses titanes, pues los conocía bien y consideraba que siempre podía utilizarlos para llevar a cabo sus intereses. Así se sintió más seguro, ya que contaba con ellos para gobernar con más firmeza, pero dejó encerrados a sus otros hermanos, los Hecatonquiros y a los Cíclopes, inquieto por su supremacía y temiendo la prodigiosa fuerza de aquellos y de la maña de éstos. Únicamente el titán Océano se negó a colaborar con él y se retiró sin participar en el reino que su hermano menor había usurpado.Tras este episodio, Cronos se hizo con el poder absoluto, se volvió el Todo Poderoso señor del Universo, controló el tiempo y podía decidir el final de cualquier vida. Pero el nuevo orden de cosas puso en evidencia que Cronos resultaría ser un tirano aún mayor que su progenitor Urano; gobernó con terror, engaño, odio, miedo, venganza y guerra.

LA DESCENDENCIA DE LOS TITANES Y TITÁNIDES

Titanes y Titánides se unieron entre ellos y tuvieron incontable descendencia divina:

Oceano y Tetis engendran a los ríos y manantiales; Hiperion y Tía a Helio (Sol), Selene y Eos; Ceo y Febe a dos hijas, Leto y Asteria. Pero la pareja más importante será la que formen Crono y Rea que tendrán cinco hijos: Hestia (Vesta para los romanos), Hera (Juno para los romanos), Hades (Plutón para los romanos), Demeter (Ceres para los romanos) y Poseidon (Neptuno para los romanos).

De hecho todos los Titanes tuvieron descendencia, pero aquella que tuvo mayor importancia fue la de Cronos y Rea, cuyos hijos alcanzaron la Gran Voluntad o Voluntad Divina, a partir de ellos se desarrollaron los destinos que llevaron al poder a la generación divina de los Olímpicos, fundadores de un nuevo orden entre los hombres y los dioses...

LA TITANOMACHIA, LA LLEGADA DE ZEUS AL PODER ABSOLUTO

Cronos se unió a su hermana Rea, pero recordando la maldición de Urano, que uno de sus hijos le destronaría, vivía en continua sospecha y para evitarlo, como no podía destruir a sus hijos porque eran inmortales, por miedo a esta profecía tomó la horrible decisión de devorar a sus descendientes a medida que estos iban naciendo, uno por uno. Así se tragó a sus hijos Hera, Demeter, Hestia, Hades y Poseidón, cinco hijos que habían encontrado el camino directo desde el vientre de su madre al estómago de su padre.

Era ignorada, aprox. 100.000.000 de años atrás: De Cronos y Rea nacen Hera, Demeter y Hestia. Los humanos habitan la tierra y entre ellos, Zeus, Neptuno y Hades son los primeros en revelarse a la Divina Voluntad, conviertiéndose en divinidades. Temeroso de ser destronado, Cronos reune a todos sus hijos, contra Zeus, que se salva gracias a la intervención de Gea. (Hipermito)

Una rabia inextinguible se apoderó de Rea, que harta de esta situación y desesperada resolvió engañar a su esposo y solicitó ayuda de Gea. Con la cooperación de esta, Rea tuvo su sexto y último vástago en Creta, y decidió poner en marcha la estrategia adecuada para acabar con el sangriento banquete de su esposo, astutamente al día siguiente le dio a Cronos una piedra envuelta en un manto para que se la tragara. Cronos, tras imponerle el nombre de Zeus, se lo tragó sin mayor esfuerzo como era su costumbre, y sin darse cuenta de que lo que tragaba era una piedra donde malamente se había tallado la figura del recién nacido.

En aquella época difícil, cuando el reinado de Cronos había traído tantas desgracias al mundo, el nacimiento de Zeus parecía ser el nacimiento de la esperanza. Que Zeus sobreviviera significaba el comienzo de una lucha por un mundo mejor. Zeus fue puesto a salvo y criado en una cueva de Creta por las ninfas Melisa y Adrastea, alimentado con la leche de la cabra Amaltea y con la miel de la abeja Panácrides. Los Curetes armados custodiaban a la criatura en la cueva y entrechocaban los escudos con las lanzas para que Cronos no oyera la voz del niño. Cuando creció y alcanzó la edad adulta, Zeus tomó por esposa a la Oceánide Metis, la Prudencia, hija de Océano, y decidió vengar a sus hermanos, abandonó Creta para enfrentarse a su padre.

Era ignorada, aprox. 100.000.000 de años atrás: Habiéndose hecho lo suficiente fuerte, Zeus se rebela contra Cronos, obligándolo a liberar a Poseidón, Hades, Hestia, Demeter y Hera. Unidas, estas divinidades afrontan a los Titanes, dando origen a la Titanomachia. Tras diez años de combates, Zeus fulmina a su padre Cronos, separando su espíritu del cuerpo y sellando el alma de este último dentro de su Soma, el Megas Depranon, el arma divina que Cronos había recibido de Gaia para forjar la vida de los dioses. El espíritu es condenado a un eterno suplicio y rodeado por un sello de rayos, la única fuerza de la naturaleza sobre la cual Cronos no tiene el control. Los otros 11 Titanes son derrotados y encerrados en el Tártaro sellados en sus Soma. La misma suerte es reservada a los Centimanos. Posteriormente, Zeus eligió el lugar más seguro del mundo para resguardar el Megas Depranon, el Santuario de su hija Atenea, mientras que las demás Somas reposan en el laberinto de los titanes, inútiles sin sus portadores. (Episode G volumen núm. 2, capítulo 4)

Cuando Zeus creció, quiso tomar el poder que tenía su padre y recurrió a Metis (prudencia) para que le ayudara. Como Cronos no había visto a su hijo, Zeus se hizo pasar por un joven copero convirtiéndose rápidamente en un servidor de confianza de su padre. Con la ayuda del titán Océano obligó a Cronos a vomitar a todos los demás hijos engullidos, que eran inmortales, dándole una pócima preparada por la oceánide Metis. Una vez libres sus hermanos Poseidón, Hades, Hestia, Deméter y Hera, aconsejado por su madre Zeus liberó a los Hecatónquiros y a los Cíclopes del Tártaro en donde los había arrojado Cronos, pues estos deseaban vengarse.

Los oprimidos formaron una coalición, incluso otros dioses se reunieron con ellos. Todos se aliaron con Zeus, pues deseaban orden, trabajo y paz, juntos declararon la guerra a Cronos, que tenía como aliados a sus hermanos los Titanes.

Fanart de Cobra (Francia)

El mundo conoció la más grande batalla que se recuerda, Titanes y dioses se enfrentaron en la que fue conocida como la Titanomachia (Guerra de los Titanes), en esta terrible guerra tomaron parte todos los dioses, los antiguos y los nuevos, duró diez largos años durante los cuales ninguno de los dos bandos logró tomar una ventaja decisiva. Esta fue una lucha monstruosa en la que todo valía. Ningún lugar era seguro, ya que las batallas podían realizarse en el cielo, la tierra o el mar. Durante esta famosa contienda los Titanes habían acampado en la montaña Othrys, mientras que Zeus y sus aliados estaban en lo alto del monte Olimpo, en una región de Grecia llamada Tesalia.

Zeus tenía un manto sobre sus hombros hecho con la piel de la cabra sagrada que lo había amamantado, esa piel -la égida- lo protegía y no podía ser herido. Los Titanes y parte de sus hijos se alinearon del lado de Cronos. Zeus encaró la batalla contando como sus aliados a sus hermanos Olímpicos, los Cíclopes y los Hecatónquiros, estos últimos brindaron una ayuda clave, ya que fueron los que proporcionaron las armas que habían forjado durante el encierro al que Cronos los había sometido. En prueba de gratitud por su liberación, los Cíclopes dieron a Zeus las armas que habían forjado: el trueno, el relámpago y el famoso y temido rayo, para usarlos contra sus enemigos, a Poseidón el tridente con cuyo choque podía conmover la tierra y el mar, cuando lo clavaba sobre una superficie surgía un manantial, y a Hades el yelmo sólido y mágico que tenía la virtud de volver invisible a su portador. Los tres Hecatónquiros fueron igualmente de gran ayuda, pues con sus cien manos arrojaron enormes rocas contra los Titanes.

La Océanide Estige (una de las tres mil hijas del titán Océano y su hermana Tetis) que gobernaba sobre una extensa laguna subterránea, se unió al bando de Zeus junto a sus hijos: La Victoria, El Poder, La Emulación y La Fuerza. Esta demostración de lealtad le valió la gracia de ser la fiadora de los juramentos solemnes e inquebrantables prestados a los dioses.

La victoria para los Olímpicos no tardó en llegar con la ayuda de las poderosas armas forjadas por los cíclopes. Hades, sin ser visto, desarmó a Cronos, Poseidón lo amenazó con el tridente y Zeus lo abatió al instante con el rayo. La derrota de Cronos desanimó a los demás titanes, que se descuidaron y fueron vencidos fácilmente por los cíclopes. Fue así como usando a la misma luz como arma y desenvainando relámpagos, Zeus, cuyo nombre significa “Tesoro Reluciente”, se convirtió en el joven heredero de la primigenia generación de dioses.

La predicción del oráculo de Urano se cumplió inexorable, y Cronos fue destronado por su hijo Zeus, que retiró así a su padre el gobierno del universo. Al final de la Titanomaquia los vencidos, Cronos y sus hermanos los titanes, fueron encadenados con pesadas cadenas forjadas por los Cíclopes y arrojados en el Tártaro, Zeus cerró esa horrible prisión con macizas puertas de hierro, y a los Hecatónquiros les dio el encargo de vigilarlos. Cronos guardó un gran odio y en el momento de ser vencido juró que regresaría a vengarse y a recuperar el control de su Imperio... sabiendo esto, Zeus encerró a Cronos en su misma prisión de Espacio y Tiempo, que no le permitiría renacer en la Tierra, pasaría su vida inmortal odiando a Zeus por siempre, alimentando su sed de venganza y poder... eternamente olvidado por el mismo tiempo que una vez controló. En esa prisión, durante infinitas épocas, los titanes han estado anhelando la luz del día.

Fanart de Carlos Alberto Lam Reyes (Perú)

Era mitológica, millones de años atrás: Cuando Zeus, portador del poder y los rayos, venció a Cronos, se convirtió en Dios de Dioses. Zeus esposa a su hermana Hera, y divide el dominio del mundo con sus hermanos Poseidón y Hades, a quienes son confiados respectivamente los Océanos y el Inframundo. Ambos, insatisfechos con sus posesiones, ansian conquistar la tierra emergente. Los Dioses se establecen sobre el monte Olimpo, en Grecia. Hades divide su reino del Inframundo en el Inferno, donde sufren los culpables, y Elision, un paraíso para los puros, edificando entre ambos el Muro de los Lamentos, indestructible, sólo rompible con la luz del sol. El Inferno se divide ulteriormente en nueve círculos. Hades se establece en el Elision, así como las divinidades menores Thanatos y Hypnos y dispone de un cortejo de Ninfas. (Hipermito; Kurumanga Saint Seiya volumen núm. 23, capítulo 1; Kurumanga Saint Seiya volumen núm. 26, capítulo 1;)

El reinado de Zeus y sus hermanos significa el dominio de la tercera generación de los dioses, los OLIMPICOS. El orden del mundo queda establecido y la supremacía de Zeus es soberana. Reparte los honores y los poderes con sus hermanos.

Tras el reparto, a Poseidón se le asignó el patrocinio de las aguas, habitar para siempre el canoso mar y la soberanía sobre las profundidades de los océanos, por lo que se convirtió en el regente del agua, la fuente de toda vida. Hades, tenebroso y mórbido, obtuvo la oscura región de las brumas, el mundo subterráneo o más allá, el llamado reino de los muertos, el plano dimensional a donde van las almas después de la muerte, y Zeus, anhelando la luz, retuvo para sí el dominio del ancho cielo, en el éter y las nubes, mas la tierra y el Olimpo fueron justamente bien común de los tres, terreno neutral para los demás dioses, en especial los hijos de Zeus. La tierra era compartida entre los tres, aunque la decisión final, la última palabra era de Zeus.

A Zeus se lo identifica esencialmente como el dios de la luz, del rayo y de los cielos. En general habita en la cumbre del monte Olimpo, tiene un trono de mármol debajo del inmenso cielo, el cual le pertenece exclusivamente a él. Un águila de oro con ojos de rubí que sostiene entre su pico unas tiras dentadas de estaño, suele posarse a un lado del trono, simbolizando el poder del dios padre – como suele llamarse a Zeus- quien usualmente se comporta de manera generosa y magnánima, pero puede matar a cualquier enemigo que se le presente arrojándole uno de sus rayos.

Cuando no está en el Olimpo, estableciendo orden entre los dioses o decidiendo asuntos referentes a los mortales, es posible encontrar a Zeus en algún lugar de la tierra. Por ejemplo suele frecuentar el país de los etíopes, cuyos sacrificios le agradan particularmente. También desciende del Olimpo cuando desde lo alto divisa alguna doncella que le agrada demasiado, ya que Zeus es muy propenso a tener romances, tanto con diosas como con ninfas, como con mortales, pero siempre tiene especial cuidado en ocultárselo a su esposa Hera (aunque no siempre tiene éxito, de vez en cuando la diosa se entera de las infidelidades de su esposo).

Zeus preside no sólo las manifestaciones celestes, sino que en épocas de sequía puede provocar la lluvia retorciendo la lana de una oveja; lanza el rayo y el relámpago y sobretodo, mantiene el orden, el equilibrio y la justicia en el mundo. Es implacable cuando se encarga de velar por el mantenimiento de los juramentos y por el respeto de los deberes para con los huéspedes, quienes siempre deberán ser bien recibidos. Garantiza a los dioses que se mantenga el poder real, la realización de tributos y sacrificios por parte de los mortales y el estricto cumplimiento de la jerarquía social.

Zeus, el Tronante, es un dios providencial, es quien dispensa, según un criterio propio, bienes y males. Homero cuenta en la Ilíada que en la puerta del palacio hay dos jarras, una de las cuales contiene los bienes y otra los males. Zeus suele sacar alternativamente el contenido de una y de otra para cada uno de los mortales; sin embargo a veces extrae exclusivamente de alguna de las dos y entonces el destino resultante es, unas veces completamente bueno y otras veces, completamente malo. Las leyes del mundo no son sino el pensamiento de Zeus.

Sin embargo también Zeus encuentra limites a su poder: él mismo se halla sometido a las Moiras o Parcas, que son las personificaciones del Destino de cada ser- divino o mortal- que habita en el mundo. Se las representa como tres hilanderas pertenecientes a la primera generación divina. Ellas encarnan una ley que nadie puede transgredir porque de hacerlo el Universo entero correría peligro mortal. Zeus tiene la responsabilidad de interpretar y defender las decisiones de estas tres divinidades, ya sea ante los demás dioses, como entre los mortales. Siempre tiene muy presente la importancia definitiva que sus ordenes tienen sobre los demás dioses y sobre los humanos. Por eso intenta no dejarse dominar por sus caprichos, aunque cuando se trata de asuntos amorosos todo se le torna más complicado.

Fanart de Carlos Alberto Lam Reyes (Perú)

EL NACIMIENTO DE ATENEA

Desde que Zeus fuera el soberano absoluto del mundo temió que los hijos le hiciesen lo que él había hecho con su padre Cronos. Según el mito, Zeus tuvo relaciones con la ninfa Metis, hija del gran titán Océano, conocida por su gran prudencia y sabiduría, así como por su belleza. Ella aconsejó y ayudó a Zeus en su lucha contra Cronos, y tras la victoria, él la desposó como muestra de agradecimiento.

Ocurrió que ella quedó embarazada y Zeus decidió consultar a un oráculo acerca de su descendencia. El oráculo le dijo que de Metis obtendría dos hijos: una hija que igualaría a su padre en cuanto a sabiduría, y un hijo, que igualaría a su padre en poder. Este hijo, según el oráculo, destronaría a Zeus igual que él había destronado a Cronos y éste a su vez había destronado a Urano. Sin embargo el oráculo no le dijo cual de los dos hijos nacería primero. Así que Zeus, temeroso de la profecía y de que el fruto de la unión fuera más importante que él, cometió un acto tan horrible como los que su propio padre había cometido años atrás: devoró a Metis, su primera esposa, para evitar que diera a luz, por si el primero en nacer fuera el niño. De esta forma eliminaba el peligro, y a la vez mantenía vivo en su interior el espíritu de su amada esposa, para recordarla eternamente.

Así los hijos de Zeus crecieron dentro de él, cuando fue el tiempo del parto, Zeus sintió grandes dolores en la cabeza, tan intensos que se sentía al borde de la locura. Según algunos, en un acto de desesperación, le pidió al dios Hefestos que le partiera la cabeza con su hacha para librarle de ese dolor. Según otros, fue él mismo quien lo hizo desesperado, pues no se sabe a ciencia cierta si el propio Hefestos había nacido ya o no en aquellos días.

La cuestión es que partida en dos la cabeza del Olímpico con un hacha, de la hendidura de su cabeza acabó naciendo un nuevo dios, en forma de una mujer, surgió milagrosamente Atenea, la hija de Zeus ya adulta, que se despertó a la voluntad divina después de su nacimiento, vestida con su armadura y su casco, blandiendo sus armas, una lanza y un escudo, y profiriendo un grito de victoria tan terrible que hasta el mismísimo Sol, según cuentan los poetas, detuvo su camino para admirar a la nueva diosa de la sabiduría y de las guerras justas, paz y justicia.

Atenea no era un bebe, sinó una hermosa doncella de ojos azules, dotada de sabiduría, coraje y fuerza, vestía una larga túnica y un casco deslumbrante, de su hombro izquierdo pendía un pesado escudo y en su mano derecha sujetaba una larga lanza. Un nacimiento un poco extraño, pero que tenía una explicación muy lógica: la sabiduría surge de la cabeza del señor de los dioses y de los hombres. Así fue como Zeus se vio obligado a parir él mismo a su propia hija de su cabeza.

Atenea saludó a todos los dioses y descendió suavemente al suelo, inclinó la cabeza ante Zeus, se quitó el casco y dejó las armas a los pies de su padre, rogando que nunca tuviera que usarlas. El rostro de su padre Zeus se encendió de satisfacción ante el gesto de sumisión y las palabras de su hija, la atrajo para si y la abrazó con ternura, a partir de ese momento iba a ser su hija preferida. Atenea sería un orgullo para su padre, pues ella era la hija que habría de tener con Metis y efectivamente igualaba a su padre en sabiduría, era diestra en el combate, pero aunque no lo pareciera Atenea realmente era amante de la paz.. no deseaba portar arma alguna y odiaba la guerra.

Así Atenea fue la hija predilecta de Zeus. Recibió dones sobresalientes, como la sabiduría, el profetizar, el prolongar la vida de los mortales y el hacerlos felices después de su muerte. Atenea simbolizó el ideal de sabiduría, de trabajo (fue la protectora de los animales y plantas, entre sus atributos estaban el búho y el olivo), de la virginidad (es Partenos, la Doncella) y fue madre adoptiva de héroes como Teseo y Perseo. Su culto fue muy importante en el Ática. Como Atenea-Niké, diosa virgen, tenía dos templos en la Acrópolis, el Partenón y el Erecteión.

El tiempo pasó después de la batalla contra los titanes y el nacimiento de Atenea, y Zeus tuvo más hijos con otras mujeres... Zeus subió al lecho de Deméter, nutricia de muchos, la cual parió a Perséfone de blancos brazos. Leto, después de su unión con Zeus, tuvo a Apolo y a Artemis, los descendientes más deseables del linaje de Urano. Por último, Zeus tomó por esposa a la engreída Hera. Ella dio a luz... a Ares..., fruto de su unión con el rey de los dioses y de los hombres. Hera dio a luz al ínclito Hefesto, sin contacto carnal, porque estaba irritada y enfadada contra su esposo... La atlántida Maya, después de compartir con Zeus su sagrado lecho, dióle un hijo glorioso, Hermes, el heraldo de los inmortales. Sémele, hija de Cadmo, después de unirse a Zeus por amor, dio a luz al ilustre Dioniso, el regocijador dios inmortal, hijo de una mortal. Algunos de esos dioses ocuparon su puesto en el panteón: Ares, Hermes, Artemisa, Apolo… y la era mitológica seguía su curso.

LA GIGANTOMACHIA

Tiempo después, Gea, irritada, soportaba con disgusto el castigo que había impuesto Zeus a algunos de sus hijos los Titanes, y además, pensando que los dioses no la honraban como era debido, decidió vengarse nuevamente y para ello, mediante unos partos feroces, engendró en secreto en unas cavernas del Norte de Grecia, según unos, en Flegra, y según otros, en Palene; a unos monstruos colosales, los Gigantes, insuperables por su tamaño e invencibles por su fuerza, entre los que destacaban Tifón, Palante, Encelade y Briareo, aventajaban a todos Porfirión y Alcioneo, quien era inmortal mientras combatiera en su tierra natal.

Los recién nacidos Gigantes tenían un horrible aspecto, eran seres enormes cubiertos con pieles, con espesa pelambre que caía de la cabeza y del mentón, de apariencia humana, a excepción de sus piernas que eran prolongadas por una cola de serpiente o dragón. Su apariencia provocaba estremecimiento, y parecía que eran invencibles. Apenas nacidos, se rebelaron contra los dioses y los hombres por puro instinto asesino, en una disputa entre especies por la supremacía del más fuerte.

Los Gigantes habían de atreverse a marchar contra la mansión de Zeus. Nada más nacer, amontonaron montañas hasta las altas estrellas, iniciaron el ataque a los dioses del Olimpo lanzándoles al cielo árboles desraizados, encendidos como antorchas, y rocas enormes, lo que provocó la ira de los Olímpicos, que se prepararon para la lucha.

Las montañas vibraron y las estrellas y el mar se convirtieron en un infierno. Los dioses olímpicos tuvieron que enfrentarse a una nueva batalla con Zeus a la cabeza, vestido con su coraza la égida, hecha con la piel de la cabra Amaltea, y con el apoyo de dioses de igual talla. La batalla tuvo lugar en una región llamada Phlegra (Las Tierras ardientes), donde vivían los Gigantes. Esta región fue identificada posteriormente como Pallenia, en Tracia, una región volcánica.

Los "Gigas" atacaran a los dioses y los humanos en una gran guerra. Los dioses combatientes fueron Poseidón, Apolo, Hefesto, las Moiras, Dioniso y su séquito, y otros más. No obstante, la gran protagonista en este suceso fue la diosa Atenea, que nació prodigiosamente de la cabeza del dios Zeus durante los combates. Atenea emergió de su padre completamente armada. Nada más salió a la luz, dio muerte instantánea al gigante Palante y luchó siempre al lado del dios supremo.

La Gigantomaquia duró mucho tiempo y habría durado más, si no hubiera sucedido lo que predijeran las Moiras. A los dioses se les había vaticinado que no podrían eliminar a ningún Gigante a menos que un mortal combatiera a su lado; enterada de esto, Gea busca un fármaco para que aquéllos no pudieran ser derrotados tampoco por un mortal; mas Zeus prohibió aparecer a Eos, Selene y Helio y, adelantándose, destruyó en persona esa sustancia, y así, por medio de Atenea, llamó a Heracles en su ayuda. Cumpliéndose la condición de que un mortal fuera su aliado los Olímpicos conseguirían la victoria, con la ayuda del héroe Hércules uno tras otro, los gigantes cayeron derrotados.

En el mito inicial, Zeus y su hija Atenea fueron los principales combatientes, junto a Heracles que les ayudaba. A veces, también Dionisio tomaba parte activa en la batalla. Sin embargo, a medida que el mito va enriqueciéndose, las distintas divinidades van participando más y más, hasta asignar prácticamente la muerte de cada uno de los gigantes a un dios distinto. De este modo, los gigantes fueron muriendo uno a uno hasta ser vencidos por completo.

Relación de los dioses y su participación en la batalla.

- Apolo y Heracles mataron a Efialtes lanzándole sendas flechas. La del dios atravesó el ojo izquierdo, mientras que el héroe acertó en el derecho.
- Dionisio mató a Éurito de un golpe de su bastón tirso.
- Hécate quemó a Clitio
golpeándole con sus antorchas infernales.
- Hefesto, usando proyectiles de hierro incandescente, terminó con Mimante o Mimas, a quien cubrió con una masa de metal en fusión y, desde entonces, yace bajo el volcán del Vesubio.
- Poseidón persiguió a Polibotes hasta la isla de Cos y, una vez allí, rompió parte de la isla, la llamada Nisyros, y se la arrojó encima.
- Hermes, invisible gracias a que llevaba el casco de Hades, mató a Hipólito.
- Artemisa dio fin a Gratión con sus flechas.
- Las Moiras mataron a Agrio o Agros y Toante o Thoas,
sirviéndose de sus mazas de bronce.
- Atenea mató a Palante
o Pallas, con cuya piel se hizo una coraza que usó el resto del combate, y a Encélado o Encelade, al cual persiguió en su huida del campo de batalla hasta Sicilia e inmovilizó arrojándole la isla, que lo aplastó, no murió pero quedó prisionero para siempre y su aliento de fuego sale a veces del Monte Etna.

Zeus dio muerte a Porfirión, gigante que estaba atacando a Heracles y Hera, hizo que sintiera una pasión irrefrenable por la diosa y, el momento que le desgarró los vestidos con intención de violarla y pidió ella ayuda, le fulminó con el rayo, siendo asaeteado por Heracles.

A los demás gigantes los destruyó Zeus, alcanzándolos con sus rayos; Heracles remató con sus flechas envenenadas a todos los moribundos. Cada gigante fue exterminado por las flechas de Hércules, pues el veneno de la Hidra de Lerna, con el cual fueron impregnadas, era mortal incluso para sus cuerpos gigantescos, y sólo un mortal podía darles el golpe fatal.

Heracles disparó su arco contra Alcioneo o Alcyone, quien al caer por tierra recuperó su vigor; por consejo de Atenea, Heracles lo arrastró lejos, fuera de Palene, su tierra donde era inmortal, para que muriera y de este modo acabó con él.

La victoria de Zeus sobre estos monstruos de aspecto sombrío y primitivo de la tierra, simbolizó la de la luz sobre la oscuridad, el comienzo de una nueva era universal, en que lo más inmaterial de la materia, la luz, lo que encarna Zeus, prevalece sobre lo demás.

Zeus y los otros dioses del Olimpo conseguiran sellar a los Gigantes en una caverna del Norte de Grecia. El último de los Gigantes, Encélade, fue vencido y sellado por la propia Atenea, mas esta no seria la primera vez que los Gigantes se rebelarian.

La guerra fue sin duda recordada por el protagonismo que tuvo Atenea, a la que se llamó también Pallas Atenea, ella se convirtió en la diosa griega de la prudencia, la guerra justa (defensiva), las ciencias, las artes y la construcción de barcos, y la protectora de las ciudades donde se cultivaban esas artes. Atenea fue una diosa sin madre al haber nacido directamente de la cabeza de Zeus.

EL MONSTRUO TIFÓN (TIFONOMAQUIA)

Los dioses del Olimpo no tuvieron tiempo de disfrutar su victoria, para consolidar el reino adquirido, Zeus tuvo que enfrentarse a otro terrible enemigo. (Hipermito; Episode G núm. 4, especial 2)

Cuando los dioses hubieron vencido a los Gigantes, la abuela de Zeus, Gea, aún más encolerizada y disgustada por la muerte de los gigantes y queriéndose vengar, enfurecida con Zeus por todo lo sucedido, por haber sido tan severos con sus hijos los titanes, pidió ayuda a Cronos, quien le entregó dos huevos impregnados con su semen para que los enterrara. Así lo hizo y de ellos surgió Tifón, un ser capaz de destronar a Zeus, quien poseía una naturaleza mixta, de hombre y de bestia.

Tifón era mitad humano y mitad bestia espantosa y terrible, era un ser alado monstruoso, de tamaño descomunal y capaz de despedir llamas por los ojos. En talla y en fuerza superaba a todos los demás hijos y descendientes de Gaia. Era más alto que las montañas y su cabeza tocaba las estrellas. Cuando estiraba los brazos alcanzaba una distacia de cien leguas, una mano tocaba Oriente y la otra Occidente, en vez de dedos tenía cien cabezas de dragones cuyas bocas sacaban lenguas negras, y cien cabezas de serpiente le salían de la espalda, sus ojos desprendían llamas y lanzaban fuego. De la cintura para abajo su cuerpo estaba lleno de víboras; de los muslos, salían enormes anillos de víboras que, al desplegarse, llegaban hasta la cabeza emitiendo un fuerte silbido; su cuerpo estaba todo cubierto de alas; desde la cabeza y el mentón sucios cabellos ondeaban; su voz podia imitar a la de todas las bestias.

Tal y tan poderoso era Tifón, que arrojando pedruscos incandescentes alcanzaba al mismo cielo, entre silbidos y gritos; de su boca brotaba un gran chorro de fuego, sus bramidos resonaban en las gargantas de las montañas, como una tempestad furiosa, tormentas, torbellinos y huracanes destructores seguían a su paso.

Como este engendro ambicionaba el dominio del mundo, lo primero que hizo fue atacar el Olimpo. Cuando este horroroso ser escalaba el monte, el dios Pan fue el primero que lo vio y avisó rápidamente a los otros dioses que escaparan, al ver a este terrible monstruo abalanzarse hacia el cielo, que se les acercaba de manera amenazadora, muchos de los dioses huyeron despavoridos y aterrorizados a Egipto, donde, acosados, se metamorfosearon en distintos animales para ocultarse. Hera se convirtió en vaca blanca, Apolo se transformó en milano, Ares en oso, Afrodita en pescado, Dionisio en macho cabrio, Hermes en ibis, Artemis en gato y Zeus en carnero. Solamente Atenea se atrevió a hacerle frente al monstruo, quien trató a su padre Zeus como cobarde por no enfrentar al enemigo. Zues recobra su verdadera forma y va a pelear contra Tifón, así que Zeus y su hija Atenea fueron los únicos que resistieron al monstruo.

Pan se arrojó a un río con la intención de convertirse en un pez y vio a Tifón cómo atacaba a Zeus. Pan, para salvar al dios de los dioses, hizo uso de su mayor cualidad, lanzó un potente y penetrante alarido que ensordeció a Tifón y por un momento se desentendió de Zeus, el cual le plantó cara y le golpeó con una hoz de hoja de diamantes. Aullando de dolor, Tifón escapó, pero Zeus le persiguió hasta Siria. Allí el monstruo giró acorralado y empezó una feroz batalla cuerpo a cuerpo en el monte Casio. Durante la lucha, aunque al principio parecía que Zeus llevaba ventaja, Tifón consiguió atraparlo con sus garras y lo retuvo entrelazado en los anillos que formaba con su cuerpo de serpiente, el monstruo desarmó a Zeus, cogió la hoz con la que le atacaba el dios y armado con ella, le cortó a Zeus los tendones de sus brazos y piernas, y los sacó de su cuerpo haciéndole perder toda su fuerza. Desvalido, el poderoso dios cayó al suelo. Aprovechando la circunstancia el monstruo lo arrastró, lo cargó sobre sus hombros a través del mar, hasta Cilicia y lo encerró en la cueva Coricia, donde el monstruo nació, metió los tendones dentro de una piel de oso y puso como guardiana a la dragona Delfine, medio animal, medio mujer.

Los dioses al ver esto, quedaron aterrados, y sólo Hermes, acompañado de Pan, fue a la cueva a recuperar los tendones de Zeus. Mientras Tifón buscaba una piedra suficiente grande para tapar la entrada de la cueva donde pretendía encerrar a Zeus, Hermes, el astuto hijo de Zeus, y Pan, con un horroroso grito, asustaron a Delfina y recuperaron los tendones de su padre, y con gran habilidad y paciencia los volvieron a ensartar en las manos y pies de Zeus, consiguiendo de esta forma que el dios recuperase inmediatamente sus fuerzas. Recuperado y pudiéndose mover de nuevo, Zeus tomó su rayo, volvió a escalar el cielo en un carro tirado por caballos alados pegasos y emprendió la búsqueda de Tifón, dispuesto a acabar con el monstruo. Una vez localizado Zeus reanudó la lid contra el enemigo lanzándole una andanada de rayos.

Tifón huyó al monte Nisa, donde las Moiras le habían informado que existían unos frutos mágicos que le proporcionarían fuerza, pero estos frutos tenían más bien la capacidad de menguar la vida del que los comiese, dejándolo muy débil, engañaron al fugitivo, que, convencido de que con ello se fortalecería, comió los frutos efímeros. Más Zeus se puso a perseguirle y, aunque el monstruo le arrojaba montañas, el dios se las devolvía a fuerza de rayos, la batalla continuó.

Tifón cuando lo vió venir, lo atacó dando espantosos gritos, pero el rayo de Zeus lo hirió. De nuevo acosado, se pudo arrastrar al monte Hemo, en Tracia, y desde ahí intentó otra vez atacar a Zeus, pero el rayo de éste lo hirió de muerte, arrojó montes enteros, que, al estallar sobre él por culpa de los rayos, le hicieron derramar abundante sangre en esa montaña, la sangre del monstruo bañó el monte, dándole su nombre "Hemo": Sangriento, hasta que el dios supremo cogió desprevenido a su adversario y desde la distancia lanzó una despiadada lluvia de punzantes rayos sobre el monstruo, que huyó nuevamente. Perseguido y malherido, Tifón llegó finalmente a Sicilia, donde Encelado fue sepultado por Atenea en la Gigantomaquia, allí Zeus lo remató cuando lo tuvo cerca, arrojándole cien rayos con garfios que quemaron de un solo golpe todas sus cabezas, Zeus fulminó a Tifón y este cayó al suelo estruendosamente con sus anillos cubiertos en llamas.

Para asegurar su derrota, Zeus empujó toda una montaña sobre el cuerpo de Tifón y consiguió aplastarlo, pero el fuego que consumió al monstruo atravesó la cima de la montaña y formó un volcán, Etna es su nombre, este es enorme y desde entonces brotan llamas y bocanadas de fuego por los rayos que Zeus arrojó, formándose la isla de Sicília. Se dice que las llamas que salen del Etna son los restos de los rayos con los que Zeus aniquiló al monstruo, aún hoy se oyen los lamentos de Tifón atrapado, al ser entregado de nuevo al seno de su madre Gea, la tierra. Su cuerpo aún se quema en el interior del monte, y por ello está brotando siempre la llama y el humo. Ello se explica por las llamas que vomita el Monstruo o por el resto de rayos de Zeus.

Antes de morir, Tifón pudo aparearse con Equidna y engendró la más funesta prole:

El perro bicéfalo Orthros
La Quimera
El dragón Ladon
El León de Nemea
Cerbero
La Hydra de Lerna
La Esfinge Fix (la Esfinge de Tebas)
Ethon, el águila que tortura a Prometeo
Los pájaros del lago Estínfalo

Era de la Grecia clásica, miles de años atrás: Derrotado Tifón, Zeus debe enfrentarse a otras criaturas mitológicas, logrando reafirmar su propio dominio sobre el mundo occidental sólo tras muchas guerras sangrientas. (Hipermito)

Nota: Fascina la descripción del monstruo Tifón: ¿alguien es capaz de hacerse de él una imagen mental precisa, con todos esos rasgos?; más aún, ¿cómo pudo Zeus combatir mano a mano con él? (parece que los griegos no atendían mucho a las diferencias de estatura, ni para las batallas, como aquí, ni, ya lo sabéis, para las relaciones sexuales).

LA CREACIÓN DEL HOMBRE Y LA CAJA DE PANDORA

A partir de la expansión humana en la tierra, empezaron a aparecer ciertos mitos humanos, Jesucristo, Buda, etc., todos éstos lograron alcanzar La Gran Voluntad. Es decir, el mito es muy diverso, todo depende de La Gran Voluntad. (Hipermito)

Fanarts de OUV (Francia)

La vida evolucionó, pero era necesario un animal más noble, y entonces se hizo al ser humano, forma de vida inspirada directamente en la voluntad divina.

El titán Prometeo tomó un poco de tierra, donde todavía se mezclaba con un poco de cielo, y mojándola con un poco de agua, moldeó en el barro al hombre, haciéndolo a imagen de los dioses, erguido, para que al revés de los otros animales, el hombre se levantara hacia los cielos y observara las estrellas.

Prometeo y a su hermano Epimeteo les fue encargada la tarea de hacer al hombre, y proveerlo, tal como a los otros animales, de las facultades necesarias para su preservación. Epimeteo fue el obrero y Prometeo vigiló el trabajo. Así fueron otorgando a los diferentes animales de coraje, fuerza, rapidez, sagacidad; garras para uno y alas para el otro, etc... Pero cuando llegó el momento de dar sus dones al hombre, que tenía que ser superior a todos los demás animales, Epimeteo había sido tan pródigo con sus recursos que ya no le quedaban dones.

Prometeo entonces, para subsanar la situación, subió al cielo y, con la ayuda de Atenea, encendió su antorcha en el carro del Sol, y le regaló el fuego a los hombres. Este don hizo al hombre mucho más que todos los animales. El fuego permitió al hombre fabricar armas para vencer a los animales y herramientas para cultivar la tierra, pudo calentar su casa para independizarse del clima, y finalmente introdujo las artes y la moneda, lo que significa intercambio y comercio.

La mujer todavía no había sido creada. La leyenda cuenta que Zeus hizo a la mujer y la envió a Prometeo y su hermano para castigarlos por haber robado el fuego... y también para castigar al hombre por haber aceptado el don.

La primera mujer fue Pandora. Fue hecha en el cielo y todos los dioses contribuyeron en algo para perfeccionarla. Afrodita le dio belleza, Hermes la persuasión, Apolo la música, etc... Así equipada, Pandora fue llevada a la Tierra y presentada a Epimeteo que la aceptó feliz, a pesar de los temores de su hermano, que no confiaba en Zeus y sus regalos.

Epimeteo tenía en su casa una habitación donde guardaba algunos objetos que no había alcanzado a repartir por la Tierra. Entre ellos un baúl. Poco a poco fue creciendo en Pandora una gran curiosidad por conocer el contenido de dicha caja; finalmente, un día quebró el sello y abrió la tapa para mirar dentro. Pero en ese mismo momento escaparon de la caja una multitud de plagas para atormentar a los hombres, como la gota, el reumatismo y los cólicos para el cuerpo, y la envidia, la ira y la venganza para el alma, y estos males se repartieron por todas partes.

Pandora se apresuró en cerrar la caja, pero ya era tarde, todo el contenido de la caja había escapado, exceptuando una sola cosa que yacía confundida al fondo, esa era la esperanza. Desde entonces, aunque los males nos acechen, la esperanza nunca nos deja por entero. Y mientras tengamos un poco de esperanza, ningún mal puede derrotarnos completamente.

Otra versión de esta misma historia cuenta que Pandora fue enviada por Zeus al hombre como un signo de bendición. Como regalo de matrimonio, ella fue dotada por todos los dioses con bienes que guardaron en una caja. Pandora abrió accidentalmente la caja y todas las bendiciones escaparon, menos la esperanza.

Los males de la caja de Pandora :

- Moros (la Suerte)
- Thanatos (la Muerte)
- Hypnos (el Sueño)
- Pasithéa (las alucinaciones) : con Hypnos, concibió las Onirides (los Sueños) :
• Morfeo : encarna los personajes humanos en los sueños
• Icelos : encarna los animales
• Phantasos : encarna los objetos
- Momos (la Moqueria)
- Oizus (el Sufrimiento)
- las Moiras : Ellas velan por el desarrollo de la vida de cada humano, simbolizado por un hilo enrollado alrededor de una bobina que se vacía. Cuando llega la última hora, el hilo es cortado irremediablemente.
• Clotho (la Hiladora), vela por el nacimientos sosteniendo la bobina alrededor de la cual se enrolla el hilo.
• Lachesis (la Medidora), ella gira la bobina y vela por el desarrollo de la vida
• Atropos (la Inevitable), ella corta el hilo, significando asi la muerte del individuo
- Nemesis (la Venganza)
- Ponos (la Dificultad)
- Limos (el Hambre)
- Algéa (la Desesperanza)
- Hysmina (la Confrontación)
- Apaté (el Engaño)
- Géras (la Vejez)
- Cudoimos (la Confusión)
- Homados (la Cacofonia)
- Proioxis (el Asalto)
- Palioxis (la Retirada)
- Olathros (los Devastamientos)
- Lyssa (la Locura)
- Phtonos (el Ansia)
- Cacia (el Vicio)
- Phonos (el Homicidio)
- Machié (la Batalla)
- Ancdroctasis (la Masacre)
- Neicos (la Querella)
- Hormès (el Esfuerzo)
- Bomos (la Verguenza)
- Anaidéis (la Crueldad)
- Loigos (la Calamidad)
- Logos (la Mentira)
- Amphilogos (la Disputa)
- Pénia (la Pobreza)
- Améchania (el Abandono)
- Dysnomia (la Anarquia)
- Ate (la Ruina)
- Orcos (el Juramento)
- Ptocheias (la Mendicidad)
- Coalémos (la Estupidez)
- Poinaios (la Venganza)
- Achlys (la Miseria)
- Araios (la Maldición)
- Hubris (la Insolencia)
- Coros (el Desdén)
- Adicia (la Injusticia)
- Ania (el Disturbio)
- Lupa (el Dolor)
- Achos (la Angustia)
- Polémos (la Guerra)
- Alala (Hallali)
- Ossa (el Rumor)
- Phémé (la Habladuria)
- Ceuthonymos y Menoetes : guardianes del Castillo de Hades
- Epialès (la Pesadilla)
- Syntribos (la Eclosión)
- Smaragon (el Fracaso)
- Sabactès (el Accidente)
- Elpis (la Esperanza), la última de las calamidades pero la más terrible al ser la más engañosa.

LA CENTAUROMAQUIA

LA AMAZONOMAQUIA

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