ARTICULOS

INDICE SHAKA Y EL BUDISMO
[ 1 | 2 | 3 | 4 | 5 ]

SHAKA Y EL BUDISMO
SHAKA DE VIRGO: EL HOMBRE MÁS CERCANO A LOS DIOSES

 

 

 

PARTE 2 ·

El Budismo
- El Príncipe Siddhartha
- Los Cuatro Encuentros
- La Vida errante
- El Camino Medio

La doctrina budista
- Las Cuatro Nobles Verdades
- El Noble Óctuple Sendero
- Los 10 mandamientos
- Los Excesos, las Privaciones y el Camino Medio
- El Dharma y la Meditación
- El Buda histórico y los Bodhisattvas

El Budismo

¿Es una religión o una filosofía?

En Occidente cuando pensamos en la religión solemos pensar en el monoteísmo dado que las religiones principales que han influido en la cultura occidental han sido monoteístas: el cristianismo, el Islam y el judaísmo. Sin embargo, el budismo se considera "no-teísta" y niega explícitamente el concepto de un dios creador. Al mismo tiempo no es un sistema de pensamiento "materialista" como la ciencia, dado que considera que el mundo temporal-espacial que experimentamos a través de los sentidos no es suficiente para explicar la condición humana. Entonces es difícil catalogar el budismo como religión o filosofía usando estos términos de la forma que suelen usarse en occidente. A pesar de esto, contiene muchos elementos que pueden considerarse "religiosos" o "filosóficos".

Se podría decir que el budismo es una «doctrina filosófica y religiosa, es un camino de enseñanzas prácticas. Las prácticas Budistas, tales como la meditación, son un medio para que uno mismo se transforme, desarrollando las cualidades de conciencia, bondad y sabiduría. La experiencia desarrollada dentro de la Tradición Budista durante miles de años creó un recurso incomparable para aquellos que desean seguir un sendero de desarrollo espiritual. El sendero Budista nos lleva a lo que se conoce como Iluminación o Budiedad.

¿Qué enseña el Budismo?

El Budismo ve la vida como un proceso en constante cambio y sus prácticas tratan de tomar ventaja de este principio para utilizar los cambios inevitables a mejorar nuestra vida. El factor decisivo para transformarnos es la mente y el Budismo ha desarrollado muchos métodos para trabajar directamente con la mente. Uno de los principales es la meditación, la cual es una forma de desarrollar estados mentales más positivos caracterizados por calma, concentración, conciencia y emociones como la amistad, ecuanimidad y felicidad. Usando la mente clara y positiva que se desarrolla en la meditación, es posible tener una mayor comprensión de uno mismo, de los demás y de la vida misma. Además de la meditación, las enseñanzas abarcan los campos de la ética, el estudio filosófico, el trabajo social y el desarrollo del ser humano en todos sus aspectos: intelectuales, emocionales, espirituales y culturales.

¿Quién puede practicar el budismo?

Los Budistas no buscan "evangelizar" o coercer a otras personas para que adopten su religión, pero sí ponen sus enseñanzas a la disposición de quienes estén interesados. La gente tiene la libertad de tomar lo poco o mucho para lo que se sientan listos. Muchas personas toman las prácticas de la meditación o la filosofía de vida del Budismo para mejorar sus vidas sin considerarse estrictamente Budistas.

Escuelas budistas

Es importante precisar que tanto Shaka como sus "predecesores" Gold Saints de Virgo en la franquicia de Saint Seiya: Asmita, Shijima y Fudo, pero sobretodo Shaka (que es en realidad la base para la creación de todos los demás virgos en el universo de Saint Seiya), representan una especie de budismo "total" o generalizado ya que se apoyan siempre en la figura central del budismo, que es obviamente Buda, no obstante, ninguna de las versiones ha sabido determinar a qué rama budista o cual es la disciplina que practica el personaje.

El Budismo ha existido por más de 2.500 años y ha sido una de las principales influencias religiosas, artísticas y sociales que han llegado de Oriente. Se originó en el norte de India, hoy en día el Nepal. Fue aquí donde nació el histórico Buda, su fundador, conocido como príncipe Siddhartha (más tarde Sakyamuni Gautama Buddha), quien nació y vivió en el siglo VI a.c. En China, sus contemporáneos fueron Confucio y Lao-tzu (el fundador del Taoismo Chino), y más tarde en Occidente vino Platón (aproximadamente 427 - 347 d.c). Buda alcanzó lo que se conoce como "un estado de ver perfectamente la naturaleza de las cosas". A este estado se le denomina Iluminación.

El Budismo no está organizado con una organización jerárquica vertical. No existe una iglesia o alguna especie de patriarca o papa como por ejemplo ocurre en el catolicismo. La autoridad religiosa descansa primeramente en los textos sagrados, especialmente en los Sutras o sermones de Buda Gautama, que son discursos del Buda Gautama y sus discípulos. En su interpretación se otorga cierta autoridad a maestros y personajes importantes que los comentan y analizan a lo largo de la historia.

En general el budismo se fue implantando en muchos países sin entrar en conflicto directo con las religiones autóctonas, sino en muchos casos, intercambiando influencias. A diferencia de otras religiones el budismo no conoce la noción de guerra santa, la conversión forzada, ni tampoco considera la noción de herejía como algo siempre pernicioso. Aunque han existido algunos episodios históricos de enfrentamientos violentos por cuestiones de doctrina o de acoso a personajes disidentes o algunas minorías, estos son excepcionales para una religión que se convirtió en la mayoritaria de Asia durante un recorrido histórico de 2500 años.

El budismo es la cuarta religión más grande del mundo después del cristianismo, el Islam y el hinduismo, y seguida por la religión tradicional china.

Es notorio que el Budismo se ramificó en sub-religiones en varios lugares y en diferentes grupos de personas. La principal sub-religión está en Nepal, Tíbet, Sri Lanka, Birmania y Tailandia. Las personas creen principalmente en las acciones (o karma) y el camino de las enseñanzas. El objetivo principal es alcanzar el Nirvana. Los Budas no son los únicos que pueden hacerlo, cada uno puede enhebrar ese camino. Esta sub-religión no se inclina hacia ningún dios, aunque la gente en esta religión los reconoce.

Pero en su camino a través del Tíbet y China, se ramificó en el Budismo Mahayana, que cree también en la providencia, el más allá, la superstición y los dioses. Esta sub-religión adora a los dioses, ya que creen en la providencia, y el más allá. Se propagó a Corea y Japón también. Ya que todos esos países comparten tradiciones similares, el mismo grupo de lenguaje con caracteres de imagen, y su gente es de la misma raíz. Cuando el Budismo Mahayana llegó a Japón, los japoneses lo adaptaron a sus propios estilos de vida y ellos lo llaman Budismo Shinto, y fue entonces cuando se convirtió en una religión oficial. Todas estas sub-religiones tienen monjes y creen en Buda y sus mismas enseñanzas, sólo que ellos creen en los poderes y seres divinos también.

Dependiendo de la secta del budismo que se siga, hay diferentes detalles que cambian, pero los principales conceptos suelen ser constantes. Kurumada muy probablemente basó su comprensión de Shaka en el budismo Zen de Japón (que en realidad es una variante que vino de en China), que no es muy similar al budismo tibetano o el budismo indio.

El Budismo es una de las religiones que mayor influencia han tenido en la historia de la humanidad, junto con el Cristianismo y el Islamismo. Sin embargo, una de las características que más distingue al Budismo es que no maneja el concepto de un dios creador. Esto no significa que se trate de ateísmo o agnosticismo. La meta espiritual del Budismo no se describe en los términos de un dios personal ni de Primera Causa. Budismo es el nombre dado a las enseñanzas del Buda, es diferente a otras filosofías o ideologías de sistemas religiosos, pues no separa ni hace distinción entre la divinidad y la humanidad. Sus enseñanzas capacitan a las personas a lograr la Iluminación, es decir, a convertirse en Budas ellas mismas.

Debido a que en el hemisferio occidental prevalecen las religiones monoteístas, algunas personas han opinado que el Budismo no es una religión en el sentido estricto de la palabra, ya que no predica creencias o dogmas acerca de la divinidad, sino que es más bien una filosofía integral de vida que tiene como objetivo la transformación positiva del individuo para alcanzar su potencial de iluminación. El Buda se refería a lo que hoy se denomina Budismo como Buda-Dharma, es decir, "la enseñanza (o el sendero) que conduce a la iluminación".

Aunque, paradójicamente, después de 1.500 años, el Budismo se extinguió en su país de origen, a lo largo de los siglos floreció y se desarrolló en diferentes lugares y culturas. Hoy en la India los budistas no son más que una pequeña minoría, mayormente refugiados tibetanos. La doctrina se expandió en el sur de Asia, donde aún predomina la escuela budista Theravada, Sikkim, Ladakh, Birmania, Sri Lanka, Thailandia, Laos, Camboya, Vietnam.. Hacia el norte, se estableció en Nepal, Bhután, Tíbet y China, lugares donde se desarrolló la escuela budista Mahayana. A través de China llegó a países como Mongolia, Japón y Corea, surgiendo en el transcurso las escuelas Chan, Shin y Zen. A partir de diversos hallazgos arqueológicos, algunos historiadores debaten si incluso países del Medio Oriente, como Persia o Afganistán, tuvieron en su historia un período budista. El budismo está mezclado con otras religiones en Japón (sintoísmo) y en China (confucionismo y taoísmo), así como en Mongolia.

Cuando el Budismo llegó a Japón en los siglos VI y VII d.c. vía Corea y China, Siddharta fue conocido como el “Shaka” o "Shakamuni," que significa "Sabio del Clan Shaka" (su clan de nacimiento). En Japón, Shaka Nyorai es venerado por la mayoría de sectas budistas.

El Budismo ha enfrentado condiciones adversas en los últimos años. En China y Tíbet, el régimen comunista le ha colocado encima una pesada losa. En Japón y el sureste de Asia, la erosión de valores que produce una cultura de consumo tiene al Budismo contra la pared. En otras regiones asiáticas, el desarrollo de nacionalismos y militarismos representan una seria amenaza para el Budismo tradicional. No obstante y en contraste con ello, desde hace más de un siglo, el Budismo se ha desarrollado enfáticamente en países industrializados de Occidente. En Europa, América y Oceanía existen ya miles de personas que guían su vida a través de los principios de las enseñanzas del Buda. Entre esa gente, se cuentan grandes pensadores, artistas y figuras públicas.

Una paradoja del mundo contemporáneo: mientras religiones tradicionalmente occidentales, como el Cristianismo en sus diferentes formas, están llegando con orgullo a Asia, el Budismo, callada y crecientemente, se expande en Occidente.

¿El budismo es una religión?

Si definimos la religión como creencia en un Dios, podemos dudar, pues el budismo no tiene una divinidad como centro, pero objetivamente el budismo ha substituido a otras religiones. Presenta las otras características habituales de una religión: un cuerpo de doctrinas, un ritual, una fe...

El Buda -¿Qué eres? ¿Un dios, un fantasma, un hombre?- le preguntó atónito al ver que de él radiaba algo completamente diferente a otros seres.
-De todos esos condicionamientos, voliciones y formaciones mentales con base en los cuales me has descrito como dios, fantasma y hombre yo estoy completamente libre. Soy un Buda.

El Budismo comienza con el Buda. Siddhartha Gautama es el fundador, conocido en el lenguaje coloquial como Buda. La palabra Buda no es un nombre propio, sino una descripción que significa "el que está despierto (a la realidad)", aquel cuya mente ha alcanzado un bienaventurado estado, se usa no sólo para él sino para toda persona que haya conseguido la Iluminación, el despertar, el nirvana, la otra orilla, por su sabiduría. El término sánscrito Buddha significa ‘despertar’ o ‘saber’ (« despertado », participio pasado de raiz sanskrita budh-, « despertarse »). Se distinguen varios tipos de Budas y se describen varios Budas ; el más conocido es el fundador del budismo, Siddharta Gautama, considerado como un Buda puro y perfecto, quien nació en el norte de la India, en lo que hoy es Nepal. Los historiadores sitúan la fecha de su nacimiento alrededor del año 480 antes de la era actual.

Bhudda alcanzó la iluminación mientras estaba sentado en meditación bajo una higuera. Para ser más específico, la higuera Sri Maha Bodhi. Sri significa bueno. Maha significa grande. Bodhi significa higo, se lee Pothi o Po. Bhodhi es un carácter inglés equivalente. Clasificado como Ficus religiosa. Este árbol da su nombre a Albafica, el higo blanco en The Lost Canvas. Él se acostó y llegó al Nirvana bajo el árbol Sala.

A diferencia de lo que la mayoría podría pensar, el Bhudda no es el único Bhudda. Sólo un Bhudda. Siete Bhuddas han existido hasta ahora, pero sólo Gautama Bhudda, fue capaz de enseñar lo que recibió de la Iluminación. Todos los seis anteriores habían alcanzado la iluminación y el Nirvana también, pero sólo pudieron mantener el conocimiento para sí mismos. Un Bhudda vendrá cada unos mil años. En total, se han predicho nueve Bhuddas. La llegada del último y más grande marca el advenimiento de la utopía también. Se representan en el fondo que utiliza el Gold Saint de Virgo cuando ejecuta su movimiento final Tenbu Horin.

Por lo que da a entender, Shaka es UN Buda, no EL Buda. EL Buda es Siddharta Gautama. Un buda es una persona que alcanza la iluminación. En algunas sectas, estos "budas" no se consideran budas, simplemente personas iluminadas, pero en otras sectas (comúnmente en China y Japón), sólo pueden ser otros budas que son menores en comparación con Siddhartha, pero aún existen. Shaka es una persona que ha obtenido la iluminación - pero sigue siendo un Saint. Su primera misión es proteger a Atenea y el mundo, esto lo hace más de él un Bodhisattva. Un Bodhisattva es un individuo que ha obtenido la iluminación y regresa para ayudar a las personas en el "mar amargo" de sus sufrimientos en la vida para llegar a sus propias iluminaciones.

Buda descubrió, predicó y dio forma a las enseñanzas de las que derivan las diferentes escuelas. No se puede definir claramente lo que es el Budismo en sí. Ya que existen muchas explicaciones sobre el mismo tema desde diferentes ángulos. Por lo tanto, cualquier intento para formular una explicación que sea satisfactoria y comprensible para todos, es virtualmente imposible. Sin embargo, a pesar de estos conflictos, todas las sectas budistas reconocen como cierto el motivo por el cual Shakyamuni renunció al mundo secular.

Buddha. (Budda) “Buda”. Buda (c. 563-c. 486 a.C.), fundador del budismo.

El Príncipe Siddhartha

Nota: A pesar de todos los esfuerzos realizados por los analistas y estudiosos, las fechas de su nacimiento y muerte siguen siendo dudosas. Las diversas fuentes budistas están de acuerdo en que vivió 80 años, pero no sobre las fechas concretas. Los seguidores de la escuela budista Theravada sitúan su nacimiento en el año 623 a.C. y su muerte en el 543 a.C., pero estas dataciones son rechazadas por la mayoría de los historiadores occidentales e hindúes. Las fuentes antiguas ofrecen dos cronologías diferentes: la cronología larga, basada en fuentes cingalesas, que sitúa el nirvana final de Buda alrededor de 218 años antes de la consagración del rey Asoka (273 a.C.); y la cronología breve, avalada por todas las fuentes chinas y sánscritas, que datan la muerte de Buda 100 años después de la consagración de Asoka.

Todos los relatos que han llegado hasta la actualidad sobre la vida de Buda, fueron escritos, muchos años después de su muerte, por discípulos proclives a la idealización de su maestro, por lo que resulta difícil separar los acontecimientos reales de los numerosos mitos y leyendas sobre su vida. Además, la mayor parte de las tradiciones budistas sostiene que Buda no fue sino la última encarnación en una serie de vidas recogidas en diversas historias edificantes. Para el budismo, los mitos y leyendas que rodean la figura del Buda histórico son tan importantes como sus palabras y hechos, de ahí que los detalles históricos de su vida resulten difíciles de establecer y, acaso por ello, no reciban un tratamiento preferente respecto a los relatos y doctrinas que se añadieron.

Siddharta nació en el siglo VI, en el seno de una familia noble de un pequeño reino indonepalés, en el país de los Sakyas, cuyo territorio se hallaba al sur del actual Nepal, concretamente en los «jardines de Lumbini», lo que hoy es la aldea de Paderia en Nepal (en las proximidades de Kapilavastu, actualmente en Nepal, cerca de la frontera con la India).

Su padre, Suddhodana, de la casta de los ksatrias (aristócratas guerreros), era "rey" de aquel territorio, es decir, jefe de la clase guerrera Sakya, de Kapilavastu, el jefe más poderoso de una confederación de clanes aristocráticos.

Buda nació con el nombre de Siddhartha. Su clan propio era el Gautama, de modo que el nombre por el que se conoció al Buda sería el de Siddharta Gautama, denominación a la que se añadiría más tarde, Después de su iluminación, la de "sabio de los sakyas" (Sakyamuni). El nombre de Gautama Buda, por el que se conoce al Buda histórico, es una combinación del nombre de su familia, Gautama, y el epíteto Buda, que significa El Iluminado.

Dice la leyenda que su madre Mahamaya, también del más noble linaje, poco antes de dar a luz soñó que un pequeño y hermoso elefante blanco se introducía en su matriz y la fecundó, provisto de seis colmillos este hirió delicadamente su regazo sin causarle dolor. Al nacer, el pequeño Siddhartha apareció ante su madre sobre un loto mientras una suave lluvia de pétalos caía sobre ambos, y dijo: "Triunfaré sobre el nacimiento y la muerte y venceré a todos los demonios que hostigan al ser humano". Ella falleció siete días después de nacer su hijo. Se dice que los brahmanes examinaron al recién nacido y predijeron su destino como monarca universal o Buda.

Fue educado por su padre y su madrastra Mahaprajapati, en un ambiente de lujo y, al parecer, mostró una temprana inclinación hacia la meditación y la reflexión, lo que disgustó a su progenitor, que quería hacer de él un guerrero y un gobernante más que un filósofo religioso. En sus propios discursos Buda recordó que meditó y entró en su primer trance cuando aún era niño. Cediendo a los deseos de su padre, se casó muy joven y participó en la vida mundana de la corte. Tuvo un hijo, a quien llamó Rahula ('Vínculo').

De acuerdo con la historia tradicional, nacido como un príncipe, Siddharta vivió una vida de grandes lujos, estaba rodeado de belleza, tuvo una niñez llena de abundancia, amor y comodidades, aún a los 29 años de edad, no había conocido el sufrimiento humano. Aunque no tuviera los lujos modernos a los que muchos de nosotros estamos acostumbrados, tenía el futuro asegurado. Cualquier deseo suyo era satisfecho, cualquier placer que deseara era colmado.

Durante su niñez y juventud no parece que Siddharta se distinguiera de los demás jóvenes nobles de su tiempo. Según la tradición, el rey Suddhodana, que temía perderlo y quedarse así sin primogénito (puesto que, sin duda, tenía muchos más hijos), intentó aislarlo del mundo exterior y hacerlo vivir en un mundo cerrado en el que todo eran placeres y el dolor y la muerte quedaban cuidadosamente ocultos. Recibió la educación literaria, religiosa y militar que eran propias de su condición y, a su debido tiempo, se le casó con Yasoddhara, una bella y noble joven con la que parece que era feliz.

Los Cuatro Encuentros

Durante su juventud experimentó una transformación radical cuando entendió ciertos hechos básicos de la vida: la enfermedad, la vejez y la muerte. Según la tradición, Siddharta empezó a buscar la iluminación a los 29 años, tuvo cuatro encuentros que cambiaron completamente su forma de ver el mundo, descubriendo de pronto que el sufrimiento es el destino de toda la humanidad, y le impulsaron a buscar algo más fuera de los placeres de que estaba rodeado.

El príncipe solía salir con su auriga, Chandaka, a dar paseos fuera del palacio, y en uno de estos vio un día a un anciano decrépito que los criados de su padre no habían tenido tiempo de apartar. Asombrado ante aquella decadencia tan extrema, que él no había visto nunca antes, pensó que se trataba de algo extraño, hasta que Chandaka le sacó de su error y le enseñó que, de vivir mucho tiempo, todos los seres perdían su belleza y muchos de sus atributos, para ser viejos y débiles.

En otra ocasión vio un enfermo que sufría un mal repugnante que deformaba su cuerpo y le hacía padecer grandes dolores. El príncipe se sorprendió mucho cuando Chandaka le explicó que esto era algo normal, puesto que los humanos sufrían enfermedades constantemente.

En otra salida el príncipe se topó con un cortejo funerario, lo que le puso en contacto con la muerte y el principio ineluctable de que todo lo que nace tiene que morir.

Por último, en otro paseo, a quien vio Siddharta fue a un pacífico y sereno monje mendicante que, a pesar de vestir muy pobremente y pedir limosna, tenía un aspecto feliz y luminoso. Al preguntar quién era se le contestó que se trataba de un hombre santo que había renunciado a todo para dedicarse a la perfección espiritual.

A pesar de vivir en el seno de los placeres del palacio real, todos estos encuentros (anciano, enfermo, cadáver y monje) le habían turbado profundamente y le habían hecho pensar en la falta de sentido de su vida de placer, vio el mal que aquejaba a los humanos y quedó totalmente asombrado. Comenzó a ver su entorno con otros ojos y a observar el esfuerzo y el sufrimiento de los criados y trabajadores, el de los animales que trabajaban en el campo e incluso el de las mujeres que llenaban el harén del palacio. Comprendió la magnitud del sufrimiento que le rodeaba y en el que estaban sumidos todos los seres, y decidió buscar él también una salida a esta rueda de dolor inacabable que se renovaba con cada existencia.

Su deseo más insistente era abandonar el mundo secular y buscar una solución a los 4 sufrimientos inevitables: Nacimiento, Vejez, Enfermedad y Muerte. Los acontecimientos que lo llevaron a tomar esta decisión se denominan los Cuatro Encuentros.

A partir de entonces decidió adoptar la forma de vida del monje mendicante, por lo que abandonó a su familia, la riqueza y el poder para iniciar la búsqueda de la verdad. Esta decisión, que el budismo denomina Gran Renuncia, es celebrada por los budistas como un momento crucial en la historia.

La vida errante

A la edad de 29 años, justo el día en que se celebraba el nacimiento de su primer hijo, Rahula, todo era lujo y fiesta, pero Gautama no podía participar de tal alegría luego de lo que había visto, a pesar de comodidades y placeres extremos, el joven se sentía vacío y anhelaba un sentimiento de plenitud que el placer era incapaz de colmar, por lo que decidió no ver a su hijo hasta que no encontrara una respuesta a todas las preguntas que se había formulado, Siddharta abandonó su vida y ropajes principescos para buscar una felicidad más duradera.

Esa misma noche, renunció a su estatuto y a su herencia real, partió del palacio y dejó su patria, se despojó de adornos y joyas, se vistió como mendigo y como tal aprendió a pedir limosna, adoptó la vida errante de un religioso, se refugió en una zona donde la gente vivía de las limosnas y se consagraba a la meditación, nada más con las cosas básicas para sobrevivir, alejado de todo sentimiento materialista.

Dejó su hogar para seguir el camino del Hombre Santo, que se seguía comúnmente en ese entonces por hombres y mujeres desilusionados con la vida y que iban en busca de respuestas a la existencia.

Al principio Siddharta buscó la enseñanza de grandes maestros, que le enseñaron a meditar hasta niveles muy elevados y, una vez que hubo aprendido, se retiró y se entregó a las más extremas y rigurosas prácticas ascetas durante seis años (privación de comida, exposición al sol, a la lluvia, al calor y al frío sin ninguna protección de forma totalmente estática), severas austeridades que casi lo llevaron a la muerte. Su fama se extendió y varios ascetas más se le acercaron y se convirtieron en sus discípulos, al ver sus grandes cualidades y los extremos a que llevaba su sacrificio.

Durante casi seis años se esforzó por alcanzar la iluminación a través de la práctica de un severo ascetismo, convirtiéndose en un auténtico esqueleto viviente. En lugar de satisfacer todos sus caprichos, llevó una vida de privaciones, meditación y enseñanzas, hasta que cayó rendido de dolor, y comprendió que sus ejercicios de mortificación eran inútiles, pues una vida de privaciones y sufrimientos no lo harían llegar a la verdad. El ascetismo extremo no le hizo progresar demasiado en el camino hacia la iluminación, su abnegada existencia sólo conseguía debilitar su cuerpo y su mente, castigar el cuerpo hasta ese extremo no le haría adelantar más de lo que ya estaba.

Tras demostrarse infructuoso este método, Siddharta reconsideró su posición, volvió de modo gradual a realizar una dieta normal, recuperó su salud y modificó su régimen ascético. Siddharta abandonó esa vida austera, los ayunos y los largos períodos de descanso, pasando a unos más equilibrados y menos estrictos, volvió a comer un poco de arroz y beber leche de cabra, se bañó en las aguas del río y su cuerpo recuperó su antiguo vigor. Se dio cuenta de que por medio de ellas no llegaría a la meta que anhelaba: la iluminación

Aunque en este proceso sus discípulos, desilusionados por lo que consideraban un abandono, condenaron su nueva debilidad y le dejaron, pero él se dio cuenta de que, mejorando su salud, con las fuerzas recuperadas, volvía a sentirse capaz de continuar con su esfuerzo y resistir mejor los largos períodos de meditación. Su sed de paz interior no se saciaba ni con el extremo de los excesos ni con el de las privaciones. Sin embargo, su problema de cómo hallar la felicidad duradera y la plenitud emocional seguía sin resolverse.

El Camino Medio

Siddharta enunció entonces su doctrina del camino medio, concluyó que los excesos de sensualidad (placer) y el ascetismo de las privaciones no son favorables para perfeccionarse espiritualmente; el sabio debe buscar un equilibrio entre ambos extremos. Descubrió que ambos eran un sendero doloroso e infructuoso. Aunque vivió algunos momentos maravillosos, no colmaron completamente su deseo de paz y seguridad duraderas.

Probablemente, tú debes de haber experimentado también momentos deliciosos (una comida estupenda, una bonita experiencia de pareja, vacaciones maravillosas). Pero cuando se acaba, se acaba, y descubres que sólo se trata de una felicidad temporal y circunstancial, ya que todo depende de factores externos a ti. En vez de buscar en alguna otra parte, Buda decidió seguir el Camino Medio y centrarse en el momento presente, en lugar de soluciones extremas en el exterior. Dirigió la atención a su interior y examinó atentamente aquello que ocurría en su cuerpo y en su mente.

Cuando llegó a ésta conclusión, se sentó al pie de un árbol (el Bo, o árbol de la iluminación y de la clarividencia) y decidió no levantarse, meditar hasta alcanzar la iluminación, hasta liberarse de la sed que buscaba saciar en el lugar equivocado. Dirigió sus esfuerzos hacia el corazón de su propia experiencia y, sentado bajo un árbol, hizo el voto de no desistir: "Aunque la carne se marchite, aunque la sangre se seque, yo no me levantaré de este lugar hasta conseguir perfecta iluminación".

Durante la noche fue asaltado por los ejércitos demoniacos de Mara, señor de la ilusión, que intentaron sustraerle de su meditación, legiones de deseos, lujuria, placer, dolor, agresividad, miedo, tentación, frustración, odio y duda intentaron apartarle de su meta, pero permaneció impasible, contempló sus múltiples vidas anteriores y las de todas las criaturas, así como los innumerables mundos del universo, el encadenamiento de todas las causas y todos los efectos. Cuanto más tiempo meditaba, más intensas y exigentes se volvían esas fuerzas.

Imagina que, mientras meditas bajo un árbol, eres tentado por tus visiones, sabores, olores y sonidos favoritos, y atacado ferozmente por lo que más odias y encuentras insoportablemente repulsivo. Imagina que meditas allí hora tras hora, después de haber decidido no levantarte hasta tener la absoluta certeza de haber descubierto la clave de la felicidad. Eso es lo que Buda hizo exactamente la noche de su despertar. Visto desde afuera, no podía notarse de qué modo Buda respondía a esas fuerzas; todo cuanto se veía era que permanecía sentado en aquel lugar. Pero lo que hizo en su interior fue extraordinario. Centró su atención en lo que ocurría, pero sin reaccionar ante ello.

Mara se retiró vencido, incapaz de romper su concentración, y Buda siguió meditando.

Permaneció días enteros meditando y tras pasar por varias fases en que sufrió tentaciones de los sentidos e ilusiones producidas por su propio yo, consiguió superar sus limitaciones anteriores y percibir el aspecto profundo de la realidad (llamado Dharma). Alcanzó niveles de conciencia cada vez más altos, llegando a conocer sus vidas anteriores y al “ojo divino” capaz de seguir la reencarnación de todos los seres.

Al cabo de 40 días y sus noches, Siddharta alcanzó a comprender la existencia y a percatarse de sus causas y las condiciones que forman la vida: alcanzó la iluminación y se convirtió en Buda. Tenía entonces la edad de 35 años.

Captó las Cuatro Nobles Verdades: la vida es sufrimiento; la causa de este sufrimiento proviene de que el hombre desconoce la naturaleza de la realidad y se apega a los bienes materiales; el sufrimiento puede tener fin si el hombre logra superar su ignorancia y renuncia a las ataduras mundanas; el camino para lograr esta superación es la Óctuple Senda (o Camino de las Ocho Etapas), que se resume en principios tales como moralidad, concentración y sabiduría. Fue éste el instante en el que Buda experimentó la Gran Iluminación que le reveló el camino de la salvación. Libre ya del ciclo de la reencarnación y dotado de una sensibilidad sobrehumana, pasó las siguientes semanas considerando varios aspectos de su realización.

Históricamente, los fundamentos del budismo se encuentran en los esfuerzos por experimentar y explicar la esencia de la iluminación de Shakyamuni bajo el árbol bodhi hace unos 2.500 años.

Los budistas ven en el estado que él alcanzó una experiencia que va más allá de cualquier condicionamiento psicológico, perceptible, basado en enfoques relativos humanos. En este estado vio la causa y el desarrollo de la insatisfacción de la existencia y comprendió los patrones que conforman la vida y las cosas. Se trata de un estado de perfecta sabiduría y profunda compasión.

Siddharta había comprendido que el deseo era la causa del sufrimiento. Buda estableció los principios del budismo. Decía lo siguiente:

"Sea cual fuere la opinión de Dios, el alma o el mundo, queda el hecho incontestable de que la vida humana está regida por el dolor desde su nacimiento hasta la vejez y la muerte. A ese sufrimiento se añaden muchos otros provocados por el mismo hombre. El ser se quiere a sí mismo por encima de todo y desea eliminar el dolor, mas, en su ignorancia, no se da cuenta de que, al buscar la felicidad deseando bienes materiales o espirituales, no hace sino aumentar el sufrimiento, convirtiéndose hasta el mismo deseo, en dolor. Cuando el hombre, por la meditación, haya disciplinado su voluntad y sus instintos, y no desee nada, será un ser totalmente satisfecho. Y cuando por la rectitud de su vida haya eliminado el remordimiento de su conciencia, entonces, y solamente entonces, habrá alcanzado el estado de beatitud."

Descubrió la vida de desdicha que había creado con la falsa idea básica de que el placer puede durar, y el dolor, evitarse. Nos lastimamos a nosotros y a los demás una y otra vez, al aferrarnos a las experiencias cambiantes, como nuestro cuerpo y nuestras relaciones. Es inevitable que experimentemos cierto sufrimiento, porque las pérdidas y los cambios forman parte de la vida de todos. Sin embargo, mucho del sufrimiento que padecemos es opcional. Lo creamos al resistirnos al momento presente y no aceptar que todo cuanto existe está destinado a cambiar, mutar y desaparecer, nos guste o no. En realidad, no hay nada que deba causarnos atracción o rechazo. Cuando observas atentamente cada momento, descubres que cosas tan opuestas como el placer y el dolor, o el hecho de ganar o perder, tienen sus ventajas y desventajas.

La tercera imagen es una Tennyo volando, típica representación en los templos budistas japoneses

En un principio el Buda dudó sobre si debía o no enseñar el Dharma (su doctrina), pero al final venció su compasión y comenzó su predicación en el parque de los ciervos, cerca de Varanasi (Benarés). Allí le oyeron sus antiguos discípulos, quienes pronto se convirtieron en arhats (los que han eliminado en su interior todos los obstáculos para llegar a la iluminación). A estos se sumaron muchos otros y así se creó la Sangha (comunidad de Monjes Budistas) para los que el Buda mismo dio las primeras y fundamentales normas. Reyes y devotos pronto proporcionaron tierras y edificios para construir monasterios y alojar el creciente número de monjes.

Durante los siguientes 45 años de su vida, el Buda enseñó a otros la forma de llegar a esta percatación de la realidad. Viajó de aldea en aldea comunicando y ayudando a otros para que pudieran llegar al mismo logro que él. A su vez, muchos alcanzaron también la iluminación, con lo cual se inició una cadena ininterrumpida de enseñanzas y métodos que conducen al desarrollo espiritual.

El Buda representa la meta a la que aspiran todos los budistas sinceros.

El Buda volvió al palacio de su padre, seguido de más de veinte mil discípulos, y convirtió a su hijo Rahula y su primo Ananda, que se hizo su primer auditor y transcribió integralmente sus enseñanzas... continuó dando enseñanzas y ejemplos hasta la edad de ochenta años, aumentando considerablemente el número de sus fieles, momento en que entró en profunda meditación y pasó al Nirvana (Parinirvana) (486 a.c.), pero su enseñanza quedó como guía para ayudar a todos los seres a salir del sufrimiento. Murió en el año 487 AC, entre dos árboles (los famosos Palas) que florecieron milagrosamente. Desde entonces, millones de personas alrededor de todo el mundo han seguido el camino espiritual que enseñó Buda.

Ahora ya sabemos que el objetivo del budismo es dedicarse a sí mismo, ayudar a las personas y convencerse de que en esta vida uno mismo es el Buda. El nombre de “Shaka de Virgo” indica que él es el Buda y que en efecto es consciente de ello (así lo precisa Ikki cuando reflexiona en el Anime “este hombre esta loco, cree sinceramente ser la reencarnación de Buda!!!”).

Una demostración de que Shaka sabía de los objetivos budistas se ve en el manga de la saga de Hades. Cuando Shaka era muy joven vio cuanto padecían los humanos y decidió dedicar su vida a eliminar el sufrimiento. De seguro (intuimos) se fue de su casa y decidió disciplinarse a si mismo y estudiar las técnicas para destruir el mal. Entrenó con su maestro en la ribera del río Ganges, hasta que sus habilidades sobrepasaron las de su tutor.

Entonces Shaka tomó su propio camino y descubrió los secretos que nadie más sabía y se convirtió en la persona más poderosa de la tierra. Esta es la historia bien conocida del histórico Buda, que dejó su lujosa vida atrás para así encontrar por si mismo la respuesta para eliminar el sufrimiento humano. Tras darse cuenta de que no estaba aprendiendo mucho de su maestro, se fue por su lado, tomó su propio camino y más tarde alcanzó la iluminación.

MÁS INFORMACIÓN:

A to Z Photo Dictionary
JAPANESE BUDDHIST STATUARY
Gods, Goddesses, Shinto Kami, Creatures & Demons

La doctrina budista

El Budismo no trabaja para liberar a sus creyentes del proceso de envejecer, enfermar y morir. El mismo Shakyamuni envejeció y falleció. Él tampoco estuvo totalmente libre de enfermedades, el Budismo se origina del deseo de resolver el problema fundamental del sufrimiento humano. Las enseñanzas del Budismo efectivamente abordan la cuestión de la existencia misma del ser humano y persigue el camino más certero hacia el establecimiento de una fundación firme para vivir.

El Budismo es una filosofía hermosa, y su esencia se puede resumir en buscar una felicidad duradera. La esencia de su práctica es vivir en el momento presente. Buda viene del sánscrito, y significa “el que ha despertado”, es decir, el que está siempre atento al presente. El pasado y el futuro son solamente creaciones de nuestra mente… lo único que realmente existe es el aquí y el ahora.

Existen muchos tipos de budismo, pero todos ellos existen (al igual que las diferentes religiones y filosofías) porque existen diversas culturas y formas de pensar. El budismo ha llegado a muchos países, y en cada uno de ellos ha adquirido un valor único. El modo de vida budista, que consiste en cultivar la paz, la bondad y la sabiduría, sigue teniendo la misma vigencia hoy en día como en la antigua India. Buda explicó que todos nuestros problemas y sufrimientos tienen su origen en los estados mentales negativos, y que la felicidad y la buena fortuna surgen de estados mentales apacibles y positivos.

Las Cuatro Nobles Verdades

El Buda, tras alcanzar el pleno y perfecto despertar, tuvo que encontrar las palabras para compartir su visión. Las Cuatro Nobles Verdades (Shitai en japonés) son el corazón de sus enseñanzas, fundadas sobre la experiencia humana y la naturaleza impermanente de las cosas, aquella que nos dan a conocer el camino para la felicidad suprema. La sabiduría de Buda trasciende el dogmatismo, y su principal enseñanza nos dice que el sufrimiento existe, que puede superarse, y nos muestra el camino para lograrlo.

Primera Noble Verdad: El Sufrimiento. La vida incluye du?kha (sufrimiento, insatisfacción o descontento). El nacer es sufrimiento, la enfermedad es sufrimiento, la vejez es sufrimiento, la muerte es sufrimiento, la pena es sufrimiento, así como la lamentación, el dolor y la desesperación. El contacto con lo desagradable es sufrimiento, la separación de lo que es placentero es sufrimiento, el deseo insatisfecho es sufrimiento. En definitiva, los cinco agregados de la mente y el cuerpo que producen los deseos (corporiedad, sentimiento, percepción, formaciones mentales predispuestas y consciencia discriminativa) son sufrimiento.

El sufrimiento existe. Todos sufrimos en alguna medida, y tenemos en el cuerpo y en la mente algún que otro malestar. Debemos reconocer y aceptar la presencia de éste sufrimiento y sentirlo. La existencia es dolor, sufrimiento, insatisfacción, incertidumbre, cosas inherentes a la vida, (Dukkha) : nacimiento, enfermedad, muerte, unión con aquello que no queremos, separación de aquello que amamos, no obtención de aquello que deseamos.

Segunda Noble Verdad: El Origen del Sufrimiento. El origen del sufrimiento es el anhelo, deseo, literalmente sed: El sufrimiento se origina en el ansia que causan los deseos, los sentidos y el placer sensual, buscando la satisfacción ahora aquí y después allí, el ansia de llegar a ser, el ansia de nacer de nuevo y el ansia de ser aniquilado.

Después de percibirlo, debemos observarlo profundamente para ver cómo se forma. Necesitamos reconocer e identificar qué clase de alimentos espirituales y materiales hemos ingerido que nos están causando sufrimiento. El origen del dolor está en los deseos-apegos y la ignorancia, que provienen del ego, la sed, el apetito/las pasiones : sed de placer, de existencia, de inexistencia.

Tercera Noble Verdad: La Extinción del Sufrimiento. El sufrimiento puede extinguirse cuando se extingue su causa: El sufrimiento se extingue con el abandono del ansia de placeres sensuales, de llegar a ser y de aniquilación, y con la ausencia de pasión, el no albergar ya más.

El sufrimiento puede ser vencido y extinguido (Nirvana), el fin del dolor es el fin de la sed generadora de los renacimientos, asociada al placer y a la pasión. Esta es una buena noticia. Buda no negó la existencia del sufrimiento, pero tampoco negó la de la alegría y la felicidad. Buda no dijo que "todo es fuente de sufrimiento y no podemos hacer nada para evitarlo". Buda nos enseñó cómo reconocer y aceptar la presencia del sufrimiento, pero también nos enseñó cómo ponerle fin. Si no hubiera la posibilidad de hacerlo, ¿de qué serviría practicar?. La Tercera Noble Verdad nos dice que la curación es posible.

Cuarta Noble Verdad: La Senda que conduce a la Extinción del Sufrimiento. El Noble camino óctuple es el método para extinguir al sufrimiento: El budismo prescribe un método, o camino, con el que se intenta evitar los extremos de una búsqueda excesiva de satisfacción por un lado, y de una mortificación innecesaria por el otro. Este camino comprende la sabiduría, la conducta ética y el entrenamiento o cultivo de la ‘mente y corazón‘45 por medio de meditación,46 atención y la plena consciencia del presente47 de manera continua.

Esta es la senda que más necesitamos. El “camino que conduce al final del dolor” es una “via óctuple”, es el Dharma, la "Ley de Buda", Buda la denominó el Noble Óctuple Sendero. Este sendero nos da a conocer las maneras de ser consciente que son correctas, adecuadas y beneficiosas.

Sermón de Buda

"Todo es doloroso: el nacimiento es doloroso, la enfermedad es dolorosa, la vejez es dolorosa, la muerte es dolorosa, la unión con lo que amamos es doloroso, la separación de aquello que nos gusta es doloroso, no obtener lo que se desea es doloroso, los cinco agregados de apropiación [ que componen a la persona ] son dolorosos"

"Todo es doloroso, todo es transitorio"

Todo es penible del nacimiento a la muerte. En vano nos alegraran los múltiples placeres y alegrías causados por la satisfacción de los sentidos y del espíritu; todos estos placeres son engañosos, porque son transitorios, frágiles, mezclados de impresiones desagradables. Los miedos, las decepciones, el hambre, la sed, las enfermedades, los accidentes, las penas, los lutos, los sufrimientos forman la tela de la vida.

Si todo placer, toda alegría son pasajeros y si su cese produce una molestia, es porque el hombre está sometido a la inexorable ley de la temporalidad (en sánscrito: anityatâ, pali: aniccatâ), que todo está limitado en el tiempo como en el espacio, que todo tiene un principio y un final, que nada es eterno y todo cambia.

La cosa que se desea se altera, luego se destruye. La flor que nos gustaba se marchita, luego se reduce a polvo. El ser que amamos envejece, luego muere.

Si todo es impermanente, cambiante, transitorio, es porque todo está formado por elementos múltiples y distintos (dhâti), materiales o mentales, generándose y condicionándose unos a otros, combinándose y descombinándose.

Todo está sometido a la ley universal de la ausencia de "si", de sustancia, de esencia de las cosas (anâtman). Tal principio derriba el mensaje esencial del hinduismo, que propugna precisamente que todos los seres vivos tienen un alma. Todo es pues vacío (çûnya), vacío de "sí", de naturaleza propia.

La vida budista no es sin embargo la nada, sino algo extremadamente sutil en la frontera del ser y la nada, algo que las concepciones de la física nos permiten entrever con los inmensos vacíos que separan una de otras a las partículas infinitodecimales que constituyen la materia y con las ondas impalpables que determinan las propiedades de esta.

Diálogo del pequeño Shaka con Buda acerca de las Nobles verdades

Shaka, Shaka.... ¿Nuevamente triste?
Buda-Sama... usted ya me explicó que el hombre llora y sufre, pero que también rie y se alegra... ¿pero por qué Buda?... ¿por qué el ser humano tiene que sufrir?

- ¿Nuevamente con estas dudas Shaka?. Apenas eres un niño... que como cualquier otro deberia estar immerso en la inocencia y la felicidad. ¿La necesidad de conocer lo que se abate sobre el hombre es tan fuerte hasta el punto de querer sacrificar la inocencia de tu edad Shaka?

- Sí! Yo deseo saber... la razón del sufrimiento!

- Pues bien... te la contaré...

- Shaka, nada es eterno. A pesar de que el hombre consiga alcanzar sus sueños, él nunca tendrá todo lo que quiere al mismo tiempo y para siempre. Por lo que el ser humano desenvuelve su imaginación y vive en un mundo de sueños y deseos que nunca se volverá realidad. Este hecho genera todo tipo de sufrimiento. Esa realidad es el infierno al cual el hombre teme. Esta es la Primera Gran y Noble verdad. ¿Lo entiendes ahora Shaka?.

- Pero Buda-Sama... Si todo el sufrimiento procede de eso... no tiene relación con las guerras y masacres. Ellas traen sufrimiento... ¿pero ellas también provienen de los deseos?

- Exacto... eres demasiado joven para saberlo Shaka... la maldad también proviene del deseo. La sed de poder, de riqueza y de sangre. Todos son deseos, que no sólo llenan de karma negativo a las personas que osan cometer atrocidades para alcanzarlos... sinó también a todos los que sufren por eso. En resumen, el ser humano con sus deseos y la no realización de los mismos trae sufrimiento no sólo para si sinó para los demás. Sabiendo esto estas frente a la Segunda Gran y Noble Verdad.

- Pero entonces... ¿el hombre está destinado a no extinguir nunca su sufrimiento?.

- !No Shaka! Hay un modo... ¿puedes comprender cual es?

- Si el egoismo y nuestras voluntades generan nuestro sufrimiento entonces... si extinguimos la desarmonia de nuestro ego. De nuestro YO interior en relación con el mundo. Si entramos en harmonia completa con nuestro mundo, con la realidad y también con nuestra alma. Entonces toda nuestra ambición, mal, odio y lujuria no tendrán razón alguna para existir.

- Entonces si el infierno en el alma del hombre es todo lo que ambiciona y lo que el mal le proporciona entonces si el hombre se extingue su mal y sus ambiciones también lo harán de cierta forma... se purificará.. y alcanzará el paraiso en su interior. El Nirvana. Esta es la Tercera Gran y Noble verdad.

   

Una escena muestra a Shaka niño salir de una flor de loto con el dedo índice apuntando hacia el cielo y el otro hacia el suelo, pronunciando la frase "Tenjô tenga yuiga dokuson" que significa "En todo el universo, no existe un ser más respetable que yo". Esta frase fue pronunciada por Siddhârta en el momento de su nacimiento, después de haber hecho siete pasos hacia cada punto cardinal.

El sufrimiento no desaparece con la muerte

El carácter transitorio y efímero de las cosas sería menos espantoso, si el sufrimiento encontrara su final en la muerte. Pero no es desgraciadamente el caso. El deseo de vivir y de disfrute y la ignorancia de la naturaleza real de las cosas no permiten que desaparezcamos realmente con la muerte. Implica el renacimiento con todo el cortejo de dolores que eso supone. Mientras el hombre no destruya en él los "apetitos" y la ignorancia, debe seguir viviendo en el samsâra (ciclo de los renacimientos).

El budismo no reconoce la existencia de un alma que sobreviviría a la muerte, y en consecuencia de renacimiento en renacimiento. Mai enseña sin embargo el renacimiento. ¿Cómo imaginárselo? Como una secuencia de condiciones, una consecución en cadena. Una llama se apaga y otra se enciende. Como un juego de billar: cuando una bola choca contra otra bola, el movimiento de la primera se transmite a la segunda, de la segunda a la tercera etc..., sin que se transmita cualquier material, solamente el impulso.

De la misma manera, cada forma viva condiciona la existencia de la siguiente, sin que ningún alma pase de una a otra. Entre una persona A que muere y su renacimiento B, no hay ninguna identidad ni siquiera parcial, sino solamente una relación de dependencia condicional. La forma de existencia B es condicionada por la forma A que le es previa. Nada más. Es todo. Pero si la forma de existencia B será más o menos favorable en cuanto a liberación no es un resultado del azar. Aqui también el condicionamiento juega. Son los actos realizados de manera consciente e intencional (el karman) que determinan las calidades del renacimiento siguiente, es decir: la calidad de nuestra vida ética y espiritual.

Intenciones saludables conducen a un renacimiento saludable, intenciones no saludables conducen a un renacimiento "malo". Si un hombre alimentó en su vida actos e intenciones esencialmente buenos, "alguien" renacerá en una mejor forma de existencia, puede ser incluso como dios (deva, divinidad inferior al sentido hindú del término). Pero ser un dios no significa que se haya liberado, ya que los dioses en el budismo tiene también un karman (karmadeva), y deberán abandonar su condición divina si el karman es malo, y volver a bajar en la jerarquía del ciclo de los renacimientos (volver a ser un hombre, animal o planta).

El Noble Octuple Sendero

La Cuarta Noble Verdad es una nueva serie de instrucciones para poder abandonar el sufrimiento y experimentar la serenidad emocional, el camino que conduce a la supresión del dolor y alcanzar el Nirvana. Consiste en ocho acciones conocidas como el Noble Octuple Sendero. Este explica las diversas formas creativas de desapego, y de cómo experimentar plenitud. El Noble Octuple Sendero se denomina también el Camino Medio, porque evita los extremos de los excesos y las privaciones, que desencadenan la avidez emocional en tu interior. Es útil considerar cada acción como una receta para alimentar tu corazón. No son órdenes, ni las etapas que sería necesario cruzar sucesivamente, sino las virtudes que es necesario cultivar todas a la vez. No respetar una sola pondría en peligro todo el edificio ...

Esta vía del Noble Octuple Sendero se dibuja en ocho ramas, que son: 1) Visión Correcta, 2) Pensamiento Correcto, 3) Atención Correcta, 4) Habla Correcto, 5) Acción Correcta, 6) Diligencia Correcta, 7) Concentración Correcta i 8) Medio de Vida Correcto, estas comprenden los tres aspectos esenciales del Budismo: (a) La ética, fundada en el amor universal y la compasión hacia todos los seres vivos, (b) la meditación y la disciplina mental, y (c) la sabiduría.

Las Cuatro Nobles Verdades y el Octuple Sendero te enseñan cómo hallar la paz en medio de los desafíos y cambios que siempre están presentes. Muestran cómo desprenderse del apego al placer y del miedo al dolor, para poder disfrutar de la situación que vives, sea la que fuere, sabiendo que tarde o temprano va a cambiar.

Los 10 mandamientos

Asimismo, Buda formuló diez mandamientos o 10 Preceptos (Kai en japonés); los 5 primeros (Gokai) constituyen las reglas de base : No matar, No robar, No mentir (o deformar la verdad), No tener actitud inmoral (o una mala sexualidad, es decir, no cometer adulterio, incesto ... ), No consumir bebidas alcohólicas (o usar drogas), No criticar ni maldecir para darse valor, No admirarse despreciando a otros, No ser avaro, ávido, No encolerizarse o apasionarse, No blasfemar, ni criticar los 3 Tesoros: El Espíritu puro (el Buda), las Enseñanzas (Dharma) y la asamblea de los creyentes (Samgha; Sogya en japonés)

Los Excesos, las Privaciones y el Camino Medio

Buda comparó el Camino Medio y las Cuatro Nobles Verdades con un tronco que se desliza flotando por un río. Una de las orillas representa los excesos, y la otra, las privaciones. Mientras el tronco se desliza por el río, evita ambos extremos. Si se queda atrapado en cualquiera de ellos, el tronco se hunde o se pudre.

Depende de cada individuo el reconocer esos extremos, igual que lo hizo Buda en la noche de su despertar. Observó y contempló lo que aparecía ante él, fuera lo que fuese. No se dejó seducir por los placeres ni se dejó traicionar por el dolor, porque se mantuvo centrado en el momento presente, sin apegarse o aferrarse a nada.

El Dharma y la Meditación

El Dharma es la suma total de las doctrinas y los métodos tradicionales en el Budismo, a través de los cuales, muchos seres humanos han crecido espiritualmente de forma efectiva. Buda enseñó métodos para superar de manera gradual los estados mentales negativos, como el odio, los celos y la ignorancia, y cultivar mentes positivas, como el amor, la compasión y la sabiduría. Si practicamos estos métodos, finalmente experimentaremos paz y felicidad duraderas.

Dharma es una palabra sánscrita que significa ‘protección’, tiene varios significados y el Budismo la comparte con otras disciplinas espirituales indias, como el Hinduismo. Sin embargo, en el Budismo significa, sobre todo, la verdad del sendero de práctica y desarrollo espiritual que lleva a descubrir la verdadera naturaleza de las cosas, es decir, el camino que conduce a la iluminación. Con la práctica de las enseñanzas de Buda nos protegemos del sufrimiento. El adiestramiento en el Dharma es el método supremo para mejorar nuestra calidad de vida. Esta no sólo depende del progreso material, sino también de que cultivemos paz y felicidad en nuestro interior.

Prácticas Dharma-Budistas, tales como la meditación, son medios para transformarse uno mismo y así desarrollar cualidades como la sensibilidad, la claridad y la sabiduría. A lo largo de miles de años, la experiencia desarrollada por el Budismo ha creado una incomparable fuente de recursos para todos aquellos que deseen seguir una evolución y descubrir su potencial espiritual.

En el pasado numerosos budistas vivían en países pobres y, a pesar de ello, disfrutaban de felicidad pura y duradera porque practicaban las enseñanzas de Buda. Si integramos las enseñanzas de Buda en nuestra vida diaria, podemos resolver nuestros problemas internos y disfrutar de verdadera serenidad. Sin paz interior, la paz externa es imposible. Si establecemos primero la paz en nuestro interior por medio del adiestramiento en el camino espiritual, la paz externa se impondrá de forma natural; pero si no lo hacemos así, nunca habrá paz en el mundo por muchas campañas que se organicen en su favor.

Las enseñanzas principales del Budismo son directas y prácticas. No se pide a los budistas una fe ciega en ellas, sino comprobarlas con la propia experiencia. En las enseñanzas budistas hay principios sencillos y, al mismo tiempo, radicales, tales como que nada es fijo ni permanente, que todas las acciones tienen consecuencias y, principalmente, que el cambio es inherente en todo y que es posible llevar a cabo este cambio de forma consciente. El Budismo dirige su mensaje a cualquier persona, sin distinción de raza, nacionalidad, género o escolaridad.

El factor decisivo en la transformación personal es la mente. Muchos de los métodos del Budismo tienen la finalidad de incidir sobre ésta. La meditación es una forma práctica con la cual se pueden desarrollar estados de calma, concentración y discernimiento, para llegar a la comprensión de uno mismo, de los demás, de la vida y de la realidad tal como son.

El Budismo no busca evangelizar u obligar a las personas a convertirse a sus enseñanzas. Sí, en cambio, busca poner su mensaje a la disposición de aquel a quien le interese. Se entiende que cada cual es libre de tomar del Budismo lo que necesite cuando se sienta preparado para ello.

El propósito de sus enseñanzas no es más que el de erradicar la insatisfacción y el sufrimiento, cuya causa última según el budismo es la ilusión o la ignorancia, entendida como la percepción incorrecta de la auténtica naturaleza de la existencia. Por ello el cese definitivo de esta situación se denomina el despertar. Para guiar el esfuerzo necesario para alcanzar ese nuevo estado, el budismo desarrolla y prescribe prácticas de entrenamiento mental, la disciplina ética y el estudio.

La meditación es el corazón del modo de vida budista. Se trata de un método para comprender nuestra mente y trabajar con ella. Primero aprendemos a identificar los estados mentales negativos, conocidos como engaños, y a cultivar mentes positivas. Con la meditación superamos nuestros engaños y nos familiarizamos con estados mentales virtuosos. En la vida diaria debemos mantener los estados mentales que hayamos cultivado durante la meditación y utilizar la sabiduría para solucionar nuestros problemas. A medida que nuestra mente se haga más virtuosa iremos actuando de manera más constructiva e incluso podremos beneficiar a los demás.

En las enseñanzas de Buda se muestra un camino gradual hacia la felicidad duradera. Al recorrer este camino, cualquier persona puede transformar su actual estado de confusión y egoísmo en la mente gozosa de Buda. Después de alcanzar la iluminación, tendremos todas las cualidades necesarias –amor y compasión universales, sabiduría omnisciente y poder espiritual ilimitado– para conducir a todos los seres sintientes a ese mismo estado. Este es el objetivo final del budismo mahayana.

En Resumen: La enseñanza de Buda es un modo de vivir, no un modo de creer. Sus enseñanzas son muy científicas, muy empiricas, muy prácticas. El no es un filósofo, no es un metafísico. Es un hombre con los pies en la tierra. Buda dice: Puedes cambiar tu vida, las creencias no son necesarias. De hecho, las creencias son barreras que impiden el verdadero cambio. Empieza sin creencias, empiezas sin metafísica, empiezas sin dogmas. Comienza absolutamente desnudo y despojado, sin teología, sin ideología. Empiezas vacío, Ese es el único modo de llegar a la verdad.

El Buda histórico y los Bodhisattvas

Los buddhas que se ven en los templos representan básicamente al Buddha histórico y al Buddha espiritual, pero no son objetos de devoción de la misma manera que lo son los símbolos en el Occidente de los Santos, la Virgen María, o JesuCristo.

La adoración en sí de una imagen, una estatua, un concepto de Buddha, o Buddha en sí mismo, no te puede salvar. De Buddha no puedes conseguir buena salud, ni dinero, ni beneficios de ningún tipo. Buddha no puede hacer nada por ti.

Buddha no es dios, ni santo, ni profeta. Nunca lo fue. Fue un hombre, como cualquier otro, pero tuvo un nacimiento afortunado y oportuno, y el intelecto y el carácter para abrir las puertas a su propia naturaleza, y para ver cuál era la naturaleza de todos los seres.

Las imágenes y estatuas de Buddha son símbolos que representan al buddha que está dentro ti. Buddha vio que la verdad de la propia naturaleza es igual para todos, y que ésta verdad está dentro de cada persona, escondida bajo una manta manchada de IGNORANCIA, puesta allí por Mara

Los Bodhisattvas

Los principales Buddhas son: Amitabha, Aksobhya, Ratnasambhava, Amoghasiddhi, y Vairochana. Representan varios aspectos de Buddha y, por tanto, representan varios aspectos de tu propia naturaleza.

Para muchos occidentales, los Bodhisattvas que ven en los templos Buddhistas parecen muy raros y extraños, con todos sus brazos y sus formas tan exóticas. Sin embargo, su función no es fundamentalmente diferente de la de los Santos Cristianos.

En el Buddhismo popular, los laicos utilizan a los Bodhisattvas para hacer peticiónes.

Los Santos Cristianos, los Bodhisattvas Buddhistas y las manifestaciones Hindúes sólo funcionan verdaderamente si se eliminan la superstición, las ceremonias, rituales y dogma y se les restaura a su verdadera función.

Hay ocho Bodhisattvas principales. Se llaman Mahasattvas.

Avalokitesvara que representa Compasión con Sabiduría
Manjushri que representa Sabiduría con Compasión
Samantabhadra que representa Amor Benevolente
Ksitigarbha que representa la Salvación de las tormentas infernales
Mahasthamaprapta que es la Fuerza que necesitas para la liberación
Vajrapani que es el Dominio sobre las Pasiones y Deseos
Ratnapani que es la fruición de los Beneficios del Dharma
Visvapani que es la Realización infalible

Cada uno de ellos tiene varias formas y manifestaciones que pueden transformarse para el beneficio de todos los seres. Puedes caer en la trampa de pensar que son espíritus o otro fenómeno, pero eso no es cierto.

Cada manifestación es simplemente una manera distinta de poder ayudar a una persona a realizar una experiencia directa apropiada.

¿Cuáles son las diferencias entre el hinduismo y el budismo?.

No hay que confundir el budismo con el hinduismo, este último es una forma que toma el brahmamismo a partir del siglo XII cuando se empieza a dividir en sectas, procede del vedismo, religión de las fuerzas de la naturaleza, se caracteriza por la creencia en una divinidad superior (Brahma) asistido por numerosas divinidades (Vishnú y Shiva entre otros), la creencia en la transmigración de las almas y la presencia de un sistema de castas.

Según el hinduismo, el alma es imperfecta cuando llega sobre tierra. Debe sufrir numerosas encarnaciones comenzando por la parte baja de la escala en el reino mineral, luego en el vegetal, a continuación el animal, antes de acceder al reino humano. Debe cruzar todas las etapas de la conciencia de cada uno de estos reinos antes de acceder al nivel superior y pasar al siguiente. Esta creencia lleva el nombre de METEMPSICOSIS, que no hay que confundir con la de la REENCARNACIÓN, que es la migración del alma humana, después de la muerte, en otro cuerpo siempre humano. La reencarnación es la creencia de que una esencia individual de la persona (mente, alma, consciencia, energía) vive en un cuerpo en la tierra varias veces y no sólo una.

NOTA: Transmigración, Reencarnación y Renacimiento, significan respectivamente migrar a través, volver a encarnar y volver a nacer.

La creencia en la reencarnación ha estado presente en toda la humanidad desde sus orígenes. Desde la prehistoria hasta el neolítico hasta llegar a las religiones egipcia, griega y romana. Está presente en la mayoría de religiones orientales, como hinduísmo, budismo y taoismo, y también en la mayoría de religiones africanas y tribales de América y Oceanía. En la historia de la humanidad, la creencia de que una persona fallecida volverá a vivir o aparecer con otro cuerpo ha sobrevivido incluso dentro de las religiones judeocristianas (Cristianismo, Juadísmo e Islam). Son prácticamente las únicas que no la contemplan, pero han permanecido bajo la forma de diversas herejías y posturas no oficiales.

Todas las religiones llamadas con origen en el hinduísmo afirman que la reencarnación existe en un ciclo sin fin, mientras las buenas acciones o métodos religiosos no sean suficientes para causar una liberación o cese de este ciclo.

1) El Hinduismo. En la mitología de la religión brahmánica, al momento de la muerte del cuerpo, el alma abandona el cuerpo que se ha vuelto inservible, es arrastrada por los yamadutas (los mensajeros sirvientes del dios Yamaraja, el encargado de juzgar el karma de todas las almas del universo) y juzgada.

Dependiendo de las acciones buenas o malas, el alma se reencarna en una existencia superior, intermedia o inferior. Esto incluye desde estados de existencia celestiales a infernales, siendo la vida humana un estado intermedio. Este incesante proceso recibe el nombre de samsara (‘vagabundeo’). Éste término proviene del verbo sánscrito samsrí: ‘fluir junto’, ‘deambular’. Cada alma viaja por esta rueda, que abarca desde los semidioses (devas) hasta los insectos. El sentido de la trayectoria de un alma dentro de este universo lo marca el contenido de sus actos. Según el hinduismo popular moderno, el estado en el que renace el alma está determinado por sus buenas o malas acciones (karma) realizadas en anteriores encarnaciones.

La calidad de la reencarnación viene determinada por el mérito o la falta de méritos que haya acumulado cada persona como resultado de sus actuaciones; esto se conoce como el karma de lo que el alma haya realizado en su vida o vidas pasadas. Las almas de los que hacen el mal, por ejemplo, renacen en cuerpos «inferiores» (como animales, insectos y árboles), o en estados aún más inferiores de vivencia infernal. El peso del karma se puede modificar con la práctica del yoga, las buenas acciones, el ascetismos y el ofrecimiento ritual.

2) El Budismo. Niega que exista una entidad en el individuo que pueda reencarnarse; ni alma, ni mente, ni espíritu. Pero la afirma al decir que un nuevo individuo aparece en función de las acciones de uno anterior. Esta noción de reencarnación está más cerca de la palingenesia que de la transmigración. Los budistas creen que mediante la realización del Nirvana, el estado de total liberación, se logra también el cese del renacimiento. Dentro del budismo, la tradición tibetana utiliza muy frecuentemente la reencarnación, mientras que otras, como la tradición Zen, la ignora en buena medida.

Para encontrar su salvación (la cesación del dolor), el hombre debe olvidarse de si mismo, renunciar a su personalidad y luchar contra las pasiones.

Según el budismo, los hombres transmigran sin fin de una existencia a otra, pasando por los estados de hombre, de dios o animal. El renacimiento (en hombre, dios o animal) viene determinado por el calor moral de los actos cumplidos precedentemente. Para romper esta cadena de existencias sucesivas, y provar la beatitud de la extinción (=nirvana) hay que observar las reglas de la moral (es quizás eso lo que le falta a Shaka) y practicar la meditación.

El proceso de reencarnación es regulado por una ley, el DHARMA que administra el universo entero. Sus tres principales principios son el SAMSARA (ley de la reencarnación), el KARMA (la ley de las causas y efectos) y el MOKSHA (la liberación espiritual). En el hinduismo, la personalidad sigue siendo la misma durante todas estas existencias.

En el budismo también, el alma cruza una serie de reencarnaciones cuyas circunstancias están sujetas a la ley del KARMA, pero la personalidad no permanece intacta de una encarnación a otra. Se desintegra y luego se une con otras porciones de almas para formar a una nueva personalidad. Para los budistas, sólo hay pues chispa de vida, la voluntad que sobrevive. Los budistas no se adhieren tampoco al concepto de BHRAMA como última finalidad. Para ellos, el objetivo es alcanzar el NIRVANA llamado también "iluminación", la de Buda. Es la liberación del ego, los deseos y la ignorancia.

Lo que es interesante tener en cuenta es que el budismo pretende romper el ciclo de sus reencarnaciones. En este caso ¿qué puede pensar Shaka de las divinidades que se reencarnan?.

Más información :

Introducción al Budismo
Enciclopedia Wikipedia "Budismo"

El Budismo, a diferencia del Cristianismo y de las religiones occidentales, no ha concebido nunca una noción semejante a la de "alma inmortal", de allí que las principales corrientes en occidente (Budismo tibetano o Mahayana en todas sus escuelas), no usen el término y hablen de "Renacimiento".

3. Cristianismo. El Cristianismo oficial actual rechaza la reencarnación de manera mayoritaria por considerarla una doctrina contraria a la Biblia, difícilmente armonizable con la creencia en la reencarnación, y ajena a la concepción salvífica que mantiene esta religión.

No obstante algunas denominaciones cristianas, tratadas como apóstatas por la corriente principal del cristianismo, han promovido la creencia en la reencarnación (principalmente el Nuevo Pensamiento e iglesias de la Nueva Era) o espíritus (muchas iglesias espiritualistas se identifican a sí mismas como cristianas). Estos grupos normalmente aseguran que tales doctrinas se pueden encontrar en la Biblia o en la tradición cristiana primitiva.

La reencarnación en Saint Seiya

Según la imaginación de Masami inspirada de su creencia oriental, Athena (la diosa) reencarna en una humana desde la era mitológica cada vez que el mal se hacia presente en el Mundo. Esto ocurre aproximadamente cada 200 años, y con ella, reencarnaban los espíritus de los caballeros que han combatido con ella desde aquellos tiempos antiguos.

Es por esto que a pesar de ser personas diferentes, los caballeros, tanto de esta historia, como los de la serie original, son los mismos espíritus antiguos, que reencarnan una y otra vez en personas diferentes de épocas distintas. Este ciclo de reencarnaciones puede terminar únicamente si aquel caballero consigue un discípulo y puede transferirle todos sus conocimientos a él, para que así este aprendiz continúe su camino como defensor de Athena. Si logra este cometido, su alma puede por fin descansar en paz ya que le ha pasado a otro su misión como protector de la diosa.

Existen aún almas de los santos que pelearon desde la Era Mitóliga junto con Atenea. Pegasus es el mejor ejemplo, su destino es y siempre será herir al dios Hades y pelear hasta el último en una "guerra santa". Asi que Tenma, Seiya y toda las reencarnaciones de Pegaso son la mano derecha decisiva de dicha batalla...

Existen almas que cedieron su ciclo como santos y prefirieron la paz eterna, de este modo se consiguen un discípulo en cual pueda transferir sus conocimientos y pueda convertirse en defensor de Atenea.

Tal como es el caso del Patriarca de The Lost Canvas (antiguo santo de Cáncer) entrenando a Manigoldo (Santo de Cáncer de esa era), o Dohko de Libra dando conocientos a Shiryu (futuro poratdor de la armadura de Libra)

Shaka es un caso especial, porque es la única alma de los santos que tiene conocimientos de sus ateriores encarnaciones, gracias a su meditación o perfeccionar su 8vo sentido (de los recuerdos)...pudo conocer las intenciones o planes del anterior Shaka, Asmita, me refiero a crear un rosario que pueda "sellar" las almas "inmortales" de los espectros.


INDICE SHAKA Y EL BUDISMO
[ 1 | 2 | 3 | 4 | 5 ]