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COSMOPLAY Saint Seiya ofrece también la ocasión a numerosos fans de exponer todos sus talentos confeccionando disfraces relacionados con los personajes de Saint Seiya, práctica definida como COS-PLAY, aunque para referirse a Saint Seiya parece que se ha deformado a COSMOPLAY, no sabemos si por error fonético u otro motivo ligado al concepto cosmo planeado por Kurumada. El término Cosplay (kosupure en japonés, etimológicamente del inglés costume play, "juego de disfraces") consiste en disfrazarse de algún personaje (real, inspirado o de ficción) ya sea de cómic, manga, anime, película, libro, videojuego o incluso cantantes y grupos musicales e intentar interpretar la personalidad de dicho personaje en la medida de lo posible de la manera más real . Aquellos que siguen esta práctica son conocidos como cosplayers, siendo para ellos una de sus principales aficiones, el término es muy popular en la cultura nipona. Muchos países fascinados por esa tradición optaran por imitarla en muchos eventos de animes o en las fiestas de Carnaval. Esta práctica originaria de Japón se ha extendido por el mundo entero, realizándose a menudo en los salones de cómic en diferentes países. El arte del cosplay no es tan simple como parece, sobre todo cuando se trata de representar personajes de anime. Hacer un cosplay tan similar como sea posible con el personaje original es una tarea casi imposible, pero muchos cosplayers lograron cumplir a la "perfección" la misión de representar a personajes del anime Saint Seiya.
¿Cómo y dónde surgió la idea? Es importante destacar que el mundo Cosplay no es un carnaval, ya que sus seguidores, los cosplayers, se convierten en auténticos actores/actrices que no tienen nada que envidiar a los profesionales. Meses antes, o incluso un año, del evento, preparan a conciencia el atuendo y maquillaje, que debe ser lo más fiel posible al personaje elegido. He aquí donde destacan auténticos expertos en este arte, diferenciándose muy poco del original. Muchas veces la realidad supera a la ficción y algunos cosplayers parecen que no van disfrazados sino que son así, tal y como los ves. Asimismo, el atrezzo debe ir combinado con un preparado roleo y, para ello, estudian a fondo la psicología del personaje. Estamos hablando de los que se toman en serio ser un cosplayer, porque también los hay que lo practican como un pasatiempo más, luciendo auténticas chapuzas que parecen sacadas de un improvisado disfraz de Carnaval. Todo comenzó en las convenciones donde se iban a vender los Döjinshi (fanzines), allá por los años 70. Sus participantes empezaron a vestir como sus personajes favoritos, extendiéndose rápidamente esta afición. Incluso se ha generado tal expectación que en Internet encontramos páginas especializadas en el vestuario y complementos, aunque sigue predominando que sea el propio cosplayer quien se fabrique la ropa y el atrezzo -éste último es lo más complicado, ya que son objetos “ratos” y caros. El ingenio es lo que cuenta-. El cosplay se ha convertido en cultura, y cada día tiene más seguidores que se sienten inspirados por las diferentes competiciones que han surgido y en el que pueden demostrar quién es el mejor y, por supuesto, socializar con personas de gustos afines. Uno de los más importantes es “The Offical World Cosplay Summit” donde cosplayers de todo el mundo se dan cita en Japón todos los años. Tras unas rondas preliminares en sus respectos países (en España se celebra en el Salón del Manga de Barcelona), los ganadores acuden al país nipón a disputarse el preciado puesto de el “mejor cosplayer del mundo”. El número de seguidores del cosplay ha ido siempre en aumento, cada vez es más común ver a gente disfrazadas en cualquier convención y ya empieza a ser hasta normal que en los estrenos de las grandes porducciones de cine algunos grupos se reunan ataviados con sus mejores galas a las salas de los cines. Los concursos de cosplay son muy habituales en las convenciones de cómics y en algunas se tiene la oportunidad de entrar sin pagar la entrada sólo por ir con tu disfraz. Por supuesto, en dichos eventos abundan los llamados kameko (kamera kozo, chico de la cámara) que se dedican a sacar fotos de los cosplayers, tras lo cual les ofrecen copias como regalo. Aquellos que se sienten cosplayer y que no lo hacen por una simple moda, intentan parecerse lo máximo posible al personaje, pueden estar un año completo planeando como hacer el traje, que materiales usar, en que partes está dividido, como es su constitución física, su peinado, su maquillaje... es más que una afición, supone casi una forma de vida, pues se sienten en la obligación moral de asistir a todos los eventos posibles y si se puede estrenando vestido. Por lo general un cosplayer se hará su propio traje, aunque aquel que no sabe de costura o no quiere aprender contrata los servicios de una costurera o pide ayuda a la familia. En general, todos los complementos son fabricados por ellos mismos, principalmente por la dificultad que supone conseguir algunas de las cosas que llevan los presonajes o lo caro que pueden llegar a ser. Además dentro del cosplay existen algunas tendencias donde se podría destacar el crossplay, que consiste en vestirte de un personaje del sexo contrario. Más información en "El Taller de Disfraces de Ayne"
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